La reconversión minera supuso la puesta en marcha de numerosos polígonos industriales en las Cuencas, creando espacio para la llegada de nuevas empresas que compensaran la reducción de empleo en los pozos. Ese interés por desarrollar suelo industrial ha tenido un respaldo desigual en el plano empresarial. Al final, la crisis ha dejado a los valles mineros con 228.813 metros cuadrados disponibles, el equivalente a unos 38 campos de fútbol. Estos espacios están ubicados en Mieres, Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Morcín, siendo propiedad de la empresa estatal Hunosa el 82 por ciento de estos terrenos. A estos espacios hay que sumar además el área de Comillera, en Sobrescobio (unos 8.000 metros), que fue reservada por empresas que no llevarán a cabo sus proyectos. En total, 23 hectáreas de suelo están sin uso.

La mayor disponibilidad de suelo se encuentra en Langreo, 143.916 metros cuadrados distribuidos en cuatro parques empresariales. Hunosa ostenta la titularidad de dos de ellos, Modesta, con 72.832 metros; y El Cadavíu, que ofrece 37.584 metros cuadrados. Junto a estos está La Moral, con 28.976 metros cuadrados y Valnalón, donde hay disponibles 4.524 metros cuadrados. De ellos, el único que tiene visos de desarrollarse a corto plazo es el de La Moral, donde hay una oferta para hacerse con todo el suelo disponible. Se trata del grupo Baldajos, que se dedica a la fabricación de neumáticos recauchutados y está asentada en la primera fase de este parque empresarial. Su intención es ampliar su línea de negocio y para eso precisa establecerse en los nuevos terrenos.

Mieres, por su parte, cuenta con el polígono de Reicastro, urbanizado por Hunosa y con una superficie de 77.347 metros cuadrados disponibles. Estos terrenos fueron urbanizados a principios de 2012 con una inversión de 4,5 millones de euros, sin que se haya tenido una oferta en claro para su desarrollo. La hullera planteó esta ubicación para instalar allí una nueva central eléctrica alimentada con biomasa. Un proyecto que se truncó tras el cambio de la política energética estatal, haciéndolo inviable. Junto a Reicastro, Hunosa también contaba con otros dos proyectos para la creación de suelo industrial en el concejo de Mieres. Se trata de los parques de Llamas y Tres Amigos, que supondrían poner en el mercado otros 100.000 metros cuadrados. El fracaso de Reicastro hizo que la hullera dejara estas dos iniciativas en compás de espera hasta que lleguen tiempos mejores. Además del suelo disponible, en el concejo de Mieres también se pueden adquirir naves ya levantadas. Es el caso del polígono de La Cuadriella, en el valle de Turón, con un 70% a la venta y cerca de 15.000 metros cuadrados que antiguamente ocupaban la fracasada Diasa Pharma, Construcciones Metálicas Urueña y otra compañía dedicada a los aceros y aluminios (AAP). Estas naves son propiedad de la banca y tienen un precio estimado de unos tres millones de euros.

El polígono de La Florida, cercano al núcleo poblacional de Sotrondio, en San Martín del Rey Aurelio, cuenta en la actualidad con 2.081 metros cuadrados disponibles. Este parque empresarial es de los más antiguos -se inauguró en mayo de 1997-. A pesar de la disponibilidad, el concejo contará próximamente con un nuevo parque empresarial, el de los talleres de Santa Ana, que impulsará la hullera estatal en El Entrego. Se tratará de la habilitación de 34.739 metros cuadrados en un espacio que se ubica a la entrada de la localidad.

La Sociedad Estatal de Suelo, con la colaboración del ayuntamiento morciniego, impulsó en 2007 el polígono industrial de Argame, que actualmente cuenta con 5.469 metros cuadrados de suelo disponibles para el asentamiento de las empresas. La intención original del Ayuntamiento era realizar una segunda fase, sumando 35.097 metros cuadrados de parcelas, pero la iniciativa acabó truncándose. Su éxito ha sido desigual aunque hace unos meses sumó una nueva empresa, la firma KPS Soluciones de Energía, dedicada a la producción y comercialización de productos del sector eléctrico. Si bien la compañía no adquirió una parcela vacía, sino que cogió una nave que había dejando otra empresa anterior, modificándola en su interior.