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En busca de la ciudad perfecta

La arquitecta langreana Carmen María Antuña dirige en Finlandia un proyecto europeo para mejorar la eficiencia energética y urbanística en grandes núcleos de población

Carmen María Antuña. J. R. SILVEIRA

Buscar soluciones arquitectónicas y urbanísticas para crear ciudades ecológicas, eficientes y sostenibles. Ese es el propósito que, desde hace años, centra el trabajo de la langreana Carmen María Antuña Rozado, arquitecta natural de Lada y residente en Finlandia que el viernes recibió el premio que cada año entrega la Asociación "Langreanos en el Mundo". Antuña, que desde 2011 trabaja en el centro de investigación VTT de Helsinki, coordina en la actualidad un proyecto europeo sobre ecoinnovación en el que participan Finlandia, Francia y Alemania, y un programa de formación para los trabajadores del sector de la construcción en Zambia.

Antuña es licenciada con especialidad de Urbanismo por la Universidad de Navarra y cuenta con más de diez años de experiencia en proyectos de investigación relacionados con la sostenibilidad en la edificación y el desarrollo urbano sostenible y, más recientemente, con las ecociudades y la ecoinnovación. Antes de desembarcar en Finlandia, hace cinco años, esta langreana trabajó en proyectos de investigación con la Fundación Laboral de la Construcción, en una iniciativa sobre la escasa representación de la mujer en el sector de la construcción, y la Fundación Estudios Calidad Edificación Asturias (FECEA), "una entidad que desarrolló una labor pionera en España en temas de desarrollo urbano sostenible".

"En 2009 estuve tres meses en Helsinki como parte de un proyecto de investigación y el VVT me ofreció trabajo. Es un centro público tecnológico y de investigación que trabaja en diferentes campos, entre ellos el urbanismo", relata Antuña, para añadir a continuación: "En 2010 estuve colaborando con ellos, al principio siempre a distancia y un año después ya me acabé trasladando a Helsinki".

Avanzar hacia la ecociudad es uno de los objetivos de la labor investigadora de Antuña. "El concepto surgió a finales de los años sesenta, aunque es algo difuso, depende de la zona en la que se aplique". La búsqueda de la eficiencia energética, través de los criterios de edificación, y la gestión sostenible de los recursos naturales son dos de las claves asociadas a este tipo de urbanismo. También lo es la construcción con materiales naturales. "Estamos colaborando con gente de Marruecos que, por ejemplo, quiere introducir fibras naturales en determinados tipos de materiales constructivos, como aislantes térmicos".

Otros de los criterios son la accesibilidad de la ciudad y "la implantación de un transporte público de calidad. La solución no tiene que ser la misma en cada lugar, cada ciudad tiene sus particularidades. Por ejemplo, la fórmula para Nueva York puede ser el metro y para Bogotá una buena red de autobuses; depende mucho de cada sitio".

La integración también figura en el catálogo de la denominada ecociudad. "Hay que tender a evitar la segregación en la ciudades, no sólo social, sino de edades". También se intenta integrar los espacios naturales en los entornos urbanos. "No se trata únicamente de pavimentar una explanada y plantar un par de árboles, aunque si en determinadas zonas esa es la única alternativa existente, bienvenida sea. La idea es ofrecer a los habitantes espacios de naturaleza no domesticada, que no se encuentren a muchos kilómetros para estar en contacto directo con ella".

"Intentamos" -concluye Antuña- "dar soluciones arquitectónicas y urbanísticas a las necesidades que plantean las ciudades actuales, pero va más allá. Es un estilo de vida, la visión que queremos tener de nuestros barros, ciudades y países".

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