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El "Gran Hermano" de los túneles del Principado

El centro de control de Langreo vigila las 24 horas los pasos de Riaño, la Autovía Minera, La Monxina y Rañadoiro y ampliará su radio de acción en dos años

Un operario en el puesto de control de Riaño. FERNANDO GEIJO

Más de un centenar de cámaras velan por la seguridad de cinco de los principales túneles de la red viaria del Principado. Una especie de "Gran Hermano" que se ubica en Langreo y que ayer fue visitado por la consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández. Al igual que en el control de realización del popular programa de televisión, los operarios de este centro de control de túneles, hacen un seguimiento durante las 24 horas de todo lo que ocurre en su interior y también llevan su mantenimiento. Su papel es vital para la seguridad del tráfico.

El centro controla los túneles de Riaño (Cadaval); La Zorera y San Tirso, en la Autovía Minera; La Monxina, que da acceso al HUCA en Oviedo; y Rañadoiro. La intención del Principado, como señaló la consejera, es ampliar el número de túneles que se controlarán desde este puesto hasta diciembre de 2018. Así, se sumarán 17 túneles de los 72 que tiene la red asturiana garantizando el control de los más singulares por características geométricas y de tráfico. Aquí entrarían el resto de pasos subterráneos de la Autovía Minera hasta Gijón (ocho, que suman 1.242 metros); la variante de Cangas de Onís, los del puerto de Tarna y los otros dos de la "Y" de Bimenes. Si actualmente se controlan 25 millones de vehículos al año, cuando se acabe este plan de expansión serán unos 67 millones. Asimismo, Fernández anunció que se ha licitado un contrato de 1,1 millones de euros para un periodo de 24 meses para dar continuidad al servicio actual a partir de diciembre. "Estamos hablando de una decena de personas que trabajan para el adecuado funcionamiento de este centro, merece la pena seguir apostando por ello", destacó.

Uno de los responsables de este centro es Pablo Ignacio Fernández. Él fue el encargado ayer de explicar a la Consejera, así como al director general de Infraestructuras, José María Pertierra, el funcionamiento de este centro y la tecnología con la que cuentan. "Los túneles están automatizados y tienen un sistema de detención de diferentes variables, aunque siempre la presencia humana siempre es necesaria", destacó Fernández. Y puso como ejemplo la niebla "que un detector puede confundir con humo y dar la alarma de incendio, al estar un operador, comprueba que es niebla y la saca del túnel evitando que se cierre el paso".

El centro también controla las velocidades de los vehículos que discurren por los túneles. "No es para sancionar, sino para hacer estadística, y la verdad es que se respetan bastante las velocidades", destacó el responsable. Ninguno de ellos cuenta con radares fijos, una cuestión que compete a Tráfico y no al Principado, pero sí están preparados para su instalación en caso del requerimiento de las autoridades.

Tampoco se pueden leer las matrículas de los vehículos que circulan, "al menos nosotros no podemos, no sé si la Guardia Civil cuenta con un software que sí lo permite, pero nosotros no", apuntó Fernández, destacando que "sólo podríamos con las cámaras exteriores del túnel, aplicando el zoom, pero tendríamos que saber previamente que iba a pasar el coche".

Las incidencias más comunes son el paso de peatones, jabalíes o averías de vehículos. "De momento no hemos tenido ningún accidente importante, el último fue hace unos años con un ciclista", subrayó. ¿Y qué ocurre cuando visualizan a un peatón dentro del túnel? Los pasos cuentan con un sistema de altavoces que avisa al peatón de que está siendo grabado y que abandone el túnel, también se da aviso a la Guardia Civil. Asimismo, y para evitar mayores incidencias, se manejan los paneles de señalización dinámica donde se informa de que hay un peatón en la calzada. El sistema de locución también transmite mensajes a través de la radio del coche, en la sintonía de la "Cadena Ser". "Si hay un accidente, el conductor que está dentro del coche puede no oír la megafonía, así que lanzamos el mensaje por la radio", explicó.

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