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El fracaso del relevo verde del carbón

La caída de la demanda y la falta de financiación truncaron proyectos de energías renovables y ciclos combinados que preveían generar 230 empleos y una inversión de 750 millones

Instalaciones de la planta de biodiésel de La Florida, ya cerrada, en una imagen de archivo. FERNANDO RODRÍGUEZ

El futuro verde de las Cuencas pinta de color gris. La caída de la demanda energética derivada de la crisis, la pérdida de financiación pública, los trámites administrativos, los cambios legislativos y los problemas logísticos han provocado que, a lo largo de los últimos años, se fueran quedando por el camino importantes proyectos para la explotación de fuentes renovables en las comarcas del Nalón y del Caudal, el relevo energético de unos territorios que han dependido durante siglo y medio del carbón. Los parques eólicos planificados, las nuevas minicentrales hidráulicas, el aprovechamiento del metano de las minas para generar electricidad y dos grandes fábricas de paneles fotovoltaicos se quedaron en el tintero. La planta de biodiésel de Sotrondio tuvo que cerrar con ocho años de vida y la planta de biomasa proyectada por Hunosa sigue sin ver la luz. Fuera de las energías verdes, tampoco cuajaron las dos centrales de ciclo combinado planteadas para Mieres y Lada. Todos estos proyectos sumaban 750 millones de euros de inversión y la creación de más de 230 puestos de trabajo.

Parque eólicos. La empresa pública Hunosa, durante la etapa de Juan Ramón García Secades como presidente, llegó a un acuerdo con la compañía eléctrica Endesa para promover la instalación de parques eólicos en los cordales de las Cuencas. Longalendo, entre los concejos de Aller y Mieres, fue la ubicación elegida para poner en marcha el plan. Incluso se eligió un nombre para la sociedad que debía impulsar la iniciativa: Eólica de la Cuenca Central Asturiana S. A. La actuación pasaba por la obtención de 150 megavatios en los parques eólicos que se instalarían. El proyecto, finalmente, no llegó a fructificar.

Planta de biodiésel. El emprendedor Alfonso Mielgo y el grupo Isastur pusieron en marcha en 2005 en el polígono de La Florida, en San Martín del Rey Aurelio, la primera planta del norte de España de fabricación de biodiésel a partir de aceites vegetales usados. La factoría fue creciendo. Llegó a tener trece trabajadores, a utilizar el aceite usado de toda la comarca y a producir unas 600 toneladas de biodiésel. También participó en diversos proyectos de investigación. La incertidumbre sobre la regulación del sector de los biocarburantes en España y la competencia de mercado exterior, entre otras causas, acabaron con la iniciativa empresarial en 2013.

Minicentrales hidráulicas. La minicentral hidráulica que Ceprastur pretende construir a los pies de la presa de Rioseco con una potencia de 3,5 megavatios es otro de los proyectos que, por el momento, está en el aire.

Fábricas de paneles solares. El sector de la energía solar (en este caso la fabricación de componentes para el aprovechamiento de esta fuente) también se postuló como foco de negocio en las Cuencas. La firma Bioenergy Renovables del Principado, que iba a estar participada por Hunosa, tenía previsto invertir 4,7 millones de euros en una factoría de paneles fotovoltaicos en el polígono de El Cadavíu. El proyecto iba a generar, en principio, unos 25 empleos. A finales de 2010, la sociedad explicó que renunciaba al proyecto por el cambio de legislación en el sector fotovoltaico. En el polígono de Venturo, en San Martín del Rey Aurelio, la firma Factoría Solar Asturiana pretendía realizar una inversión de 45 millones y crear 119 nuevos puestos de trabajo en otra fábrica de paneles solares. Se truncó por la reducción drástica en la demanda de estos componentes y tras los cambios en la Ley de Energías Renovables.

Aprovechamiento de metano. La compañía Hidrocarburos del Cantábrico, que pretendía generar electricidad con el metano de las minas de las Cuencas, obtuvo permisos para aprovechar el gas grisú, pero la falta de acuerdo con Hunosa impidió que el plan arrancara en el pozo Mosquitera. En esta antigua explotación estaba planificado instalar una central eléctrica alimentada con metano con 3,9 MW de potencia.

Planta de biomasa. El proyecto de la Hunosa Verde tiene en la planta de biomasa proyectada para Reicastro uno de sus principales pilares. El proyecto establece una inversión de 41 millones. La planta se alimentaría con la quema de 145.000 toneladas de astillas al año. La iniciativa sufrió un duro varapalo en enero, al quedarse fuera de la subasta estatal de las licencias para la explotación de energía eólica y biomasa.

Ciclos combinados. El Gobierno central dejó sin efecto en julio la autorización para construir un ciclo combinado en La Pereda, lo que puso fin a un proyecto con 200 millones de inversión promovido por Hunosa y Endesa. La iniciativa llevaba tiempo aparcada por la situación del mercado energético. Algo parecido pasó con los dos grupos de ciclo combinado planificados por Iberdrola para Lada. Esta térmica de gas, que se sumaría a la actual de carbón, contaba con una inversión de 460 millones y 80 nuevos empleos.

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