El origen de los hechos que están cerca de sentar en el banquillo a los dos últimos alcaldes alleranos se remontan al año 1996. Por aquel entonces, el regidor, Gabriel Pérez Villalta, se encontró con que el polideportivo de Sotiello carecía de actividades y había que buscar una solución.

Tras sondear varias opciones, el gobierno local sólo vio una salida. Había un grupo de monitores que estaban dispuestos a asumir esas competencias. Finalmente, se pactó con ellos para establecer un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y una asociación integrada por los monitores, y creada exclusivamente para que se hiciera cargo de la gestión de las actividades del polideportivo. El colectivo lo componían entre 13 y 14 profesionales, según las actividades programadas, y ofrecían clases de gimnasia, judo, kárate, taichi, aeróbic, spinning, yoga, tenis, bádminton, baloncesto o fútbol sala.

Ese convenio es uno de los puntos claves de la denuncia, ya que la Fiscalía y el PP ponen en duda la existencia del documento. El actual Alcalde garantiza que lo hubo. Es más, reafirma que incluía una cláusula por la que sino mediase denuncia para rescindirlo por ninguna de las dos partes, las prórrogas serían automáticas. De ahí explica la ausencia de nuevos convenios desde 1997, fecha en la que se firmó en último.

El contenido del acuerdo entre el Ayuntamiento y la asociación de monitores, que estuvo vigente hasta 2014, recogía que el Consistorio abonaría una subvención mensual al colectivo por hacerse cargo de los cursos que se impartieran en el polideportivo. La fórmula de liquidación mensual se hacía según el número de usuarios y de horas de actividades. Los vecinos que asistían a estos cursos pagaban por ellos al Ayuntamiento, que era quien derivaba, a través de la subvención, ese dinero a la asociación. El colectivo liquidaba a su vez con cada monitor en función de su actividad.

Coincidiendo con la denuncia del PP en la Fiscalía, el gobierno local allerano decidió cambiar el modelo de gestión del polideportivo que mantuvo casi dos décadas. En 2014, se optó por contratar a una empresa, que es la que ahora presta los servicios deportivos, y la asociación se disolvió. Sin embargo, lo que no está disuelta ni resuelta es la sombra arrojada sobre el convenio.