El Corredor del Nalón sigue siendo uno de los viales con un porcentaje más alto de accidentes. Así lo corrobora la Dirección General de Tráfico (DGT), que ha realizado un informe que incluye las "300 carreteras más peligrosas" de España. En Asturias hay tres, y una de ellas es la AS-117. El tramo que se incluye es el que, en los últimos años, ha concentrado un mayor índice de siniestralidad, con numerosos accidentes graves, algunos de ellos con consecuencias mortales. Se trata del tramo comprendido entre el kilómetro "0", en Riaño (Langreo), con el "3,91", llegando a la localidad de El Entrego. El que, durante muchos años fue el punto negro del valle, la carretera de los túneles de Riaño, ha dejado de serlo, gracias a su desdoblamiento, que ha hecho que en la zona no haya ya prácticamente accidentes.
Según el informe de la DGT, las tres carreteras más peligrosas de la región son la N-110 entre Cudillero y Canero (entre los kilómetros 96 y 108,5); la N-634 a su paso por la zona de Infiesto (entre los kilómetros 525 y 548,81) y la AS-117, el Corredor del Nalón, en la zona entre Riaño y El Entrego. Esta vía concentra sus accidentes, principalmente, en la zona que no está desdoblada, y sobre todo, en el kilómetro de vial que une Ciaño con El Entrego. Este tramo del Corredor ha tomado el testigo del que, durante más de una década, fue el punto negro más importante de la red viaria asturiana, los túneles de Riaño.
Lo que hizo cambiar la negra estadística de la carretera de los túneles fue, sin duda, su transformación en autovía. Desde que entró en funcionamiento el desdoblamiento, hace ya más de dos años, únicamente se ha producido un accidente de gravedad en el tramo. El choque, además, no tuvo consecuencias mortales. Algo a lo que esta vía, mientras fue de doble sentido, no estaba acostumbrada. Desde 1995 y hasta 2014, cuando se completó la autovía, sólo en estos diez kilómetros de carretera habían perdido la vida 60 personas. Tan sólo en una curva (la de por aquel entonces comprendía los kilómetros 35,2 a 35,7 de la vía) llegaron a morir nueve personas en cinco años, entre 2002 y 2007.
Durante años se implantaron diversas medidas de seguridad para reducir la siniestralidad en los túneles, que tenían una densidad del tráfico de unos 18.000 vehículos al día, superior al que tiene hoy en día la autovía (15.760 vehículos). Entre las medidas que se pusieron en marcha estuvieron la prolongación de la línea continua en todo su trazado, la mejora del asfalto, la reforma del peraltado en algunas curvas, la reducción de la velocidad máxima permitida a 80 kilómetros por hora y la implantación de radares fijos (que hoy en día han pasado a ser móviles). Todas estas medidas de seguridad fracasaron, ya que incluso llegó a haber víctimas mortales durante las obras de desdoblamiento, cuando había regulación del tráfico por los trabajos, y la velocidad permitida era de 50 kilómetros por hora. No fue hasta que finalmente se abrió la autovía al tráfico cuando la siniestralidad ha prácticamente desaparecido de la carretera de los túneles, que tuvo un coste de 110 millones de euros.
No ocurre lo mismo en el tramo entre Ciaño y El Entrego de la AS-117, que ha pasado a convertirse en el principal punto negro de la comarca del Nalón. En abril del pasado año, José Luis G. C., langreano de 55 años de edad, perdió la vida en una colisión frontal en el Corredor del Nalón en ese tramo, a la altura de la planta aluminera de la antigua escombrera del pozo María Luisa, en un accidente en el que el conductor del otro vehículo implicado resultó herido de gravedad. El suceso obligó a mantener cortada la vía durante algo más de tres horas. La zona en la que se produjo la colisión es el punto más problemático del Corredor, donde hay una mayor concentración de accidentes
