Lo viejo y lo nuevo casan bien cuando el escenario es el adecuado. "Vaya guapu que está el pueblo, mira que llevo años viniendo y nunca lo había visto tan bonito". Ana González asaltó ayer al presidente de la asociación de vecinos de Cenera, José Álvarez, para comentarle la buena impresión que le estaba causando su visita a la localidad mierense. Ambos se cruzaron en una de las estrechas caleyas que vertebran el corazón de este emblemático núcleo urbano, que recientemente ha visto mejorada su estética con obras en los viales y la recuperación de antiguo mobiliario urbano. De esta forma, el Mercáu Astur que desde hace más de medio siglo organizan los vecinos abrió ayer sus puertas con un envoltorio más elegante, aunque sin perder por ello su encanto bucólico.

A Cenera se llega, desde el paseo fluvial del río Caudal, a través de una carretera local de tres kilómetros que avanza apacible entre castaños hasta chocarse de bruces con el puente de acceso al pueblo. La entrada es ancha, aunque curvada, escondiendo así el corazón del enclave hasta que ya sientes su latido con fuerza. En dos pasos, casi sin percatarse del cambio de ambiente, el visitante se traslada a un lugar con la magia de antaño. Esta sensación se vio potenciada ayer, con la localidad repleta de puestos artesanales y vecinos deambulando con el traje típico regional asturiano. "La atmósfera que se respira en esta cita es diferente a la de la mayoría de los mercados tradicionales, es más auténtica", aseguraba ayer Raúl Gayol, natural de Gijón y fiel a la cita desde hace cincos años.

Los visitantes podrán disfrutar durante el fin de semana de más de sesenta puertos de artesanía. "Son algo menos que en ediciones anteriores, pero es que hemos tenido alguna ausencia de última hora", reconoció José Álvarez. Aún así, el ambiente ayer fue festivo. Los puestos se colocaron ordenadamente por todo el pueblo. Cuero y madera se entremezclaban con empanadas y dulces tradiciones. La alfarería regresó ayer al mercado astur mierense tras años de ausencia: "La crisis nos ha golpeado a todos, pero la gente sigue valorando lo que hacemos", asegura Miguel San Juan, uno de los cuatro alfareros que aún sobreviven a los envites del acero inoxidable en la famosa localidad leonesa de Jiménez de Jamuz, donde llegaron a trabajar, en otros tiempos, más de cuatrocientas personas en los talleres. Sus manos dan forma a unas cien toneladas de barro rojo al año. "Los objetos para cocinar, como los asadores de gran tamaño, siguen siendo muy demandados, también por personas jóvenes", señala este artesano de La Bañeza. "Sólo darle forma a una de estos recipientes puedes tardar media hora". Entre los más demandados, los platos para dar la vuelta a las tortillas.

El Mercáu Astur de Cenera seguirá activo durante la jornada de hoy. Habrá misa en asturiano con acompañamiento de gaita al mediodía. Actuarán por las calles la Banda de Gaites "Villa de Mieres", el grupo de baile "Prau Llerón" y Andrés y Daniel d'Insierto. También habrá "xuegos" para los más pequeños. Los accesos a Cenera por carretera permanecerán, como ya sucedió ayer, restringidos para los vehículos privados. Hay que destacar que durante toda la jornada estará activado un servicio de autobuses continuo, que funcionará desde las once y cuarto de la mañana hasta las diez de la noche con salida de Mieres y paradas en el Liceo, Pedroso y Llerón.

"Esperamos que mañana -por hoy- nos visite aún sin cabe más gente, ya que hay sitio y comida para todos", señalaron ayer los responsables de la organización. En Cenera estuvo ayer presente el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, que visitó el certamen acompañado de varios concejales.