Un valiente. Es el adjetivo que mejor define a Iñaki Castañeda, un riojano que creció en Bilbao, y al que la vida le cambió a los 41 años: en 1992, sufrió un accidente laboral con su camión y perdió las dos piernas. La estancia en el hospital fue difícil pero, en cuanto volvió a casa, supo que quería seguir con su vida. Quería continuar practicando deporte y quería viajar hasta donde le llevara su afición. Compró una bicicleta adaptada y, con ella, recorre el mundo. Es el único discapacitado que ha hecho la Ruta 66 (que atraviesa Estados Unidos) sin coche de apoyo. Su último reto fue recorrer la Ruta de la Plata, desde Sevilla hasta Gijón. La penúltima etapa, terminó en Santa Cristina de Lena.

Iñaki Castañeda llegó al hotel después de recorrer 115 kilómetros, desde un pueblo leonés en el que tuvo que parar la tarde anterior. "Esta etapa no ha sido tan dura como esperaba, las hubo peores", afirmó el deportista. La más larga fue un recorrido de cerca de 120 kilómetros, en plena Meseta española. En esta hazaña no ha estado sólo, contó con coche de apoyo y dos amigos que le daban ánimos y se turnaban para acompañarlo por la carretera. "Soy el único que la está haciendo entera, yo no me he quedado en el coche ni un sólo día", afirma.

Resistente. Otro adjetivo que le va como anillo al dedo. Acaba de cumplir los 65 años, pero dejó hace un tiempo de competir por decisión propia. Ahora sólo quiere disfrutar de las rutas y ver mundo: "Creo que he llegado a esa etapa de la vida en la que te interesa más llegar disfrutando que llegar el primero", explicó, sentado tranquilo tras la larga jornada.

La "handbike" no ha sido su única compañera desde el accidente. También practicó triatlón durante años y le fue bien. "Fui puntero en España", reconoce, aunque con un punto de humildad. Hizo varias "Iron Man" (la prueba más exigente del triatlón) por Europa y siempre terminaba con buen resultado. Hasta que un día decidió dejar de correr para poder admirar el paisaje.

El Camino de Santiago fue su primer encuentro con las rutas. Con coche de apoyo, inició el recorrido en Saint Jeane de Pied de Port (Francia). "Fue una muy buena experiencia, ahí decidí que quería seguir haciendo lo mismo mientras aguantara", afirmó. Saltó el charco para hacerse con la Ruta 66. "Iba muy preparado, pero sin apoyo. Que se sepa, soy la única persona con una bicicleta adaptada que ha hecho todo el recorrido sin ningún respaldo; ni coche, ni caravana, ni avituallamiento", señaló.

Fue una odisea. Él viajaba con su "handbike" y un remolque, en el que portaba su silla de ruedas y una parte del equipaje. Su compañero llevaba una bicicleta con alforjas en las que llevaba más maletas: "Sentimos una gran satisfacción cuando llegamos al destino", destacó Iñaki Castañeda. Y no es para menos: fueron 4.000 kilómetros, la distancia que separa Los Ángeles de Chicago. Cuarenta días pedaleando. Aún así, le supo a poco y no descarta embarcarse en una nueva aventura parecida dentro de un tiempo.

En la Ruta de la Plata, con el recorrido desde Sevilla hasta Gijón, él y sus amigos han cubierto 800 kilómetros. Terminaron ayer en Gijón aunque, para paisajes, los que se encontraron en Lena: "Es muy verde, se nota mucho cuando llegas desde la Meseta, el puerto de Pajares me fascinó". También quedaron encantados con el hotel en Santa Cristina, especialmente adaptado para los turistas que llegan en bicicleta. José Antonio García, gerente del establecimiento, recibió entusiasmado a Castañeda: "Hace falta más gente así en el mundo", sentenció. Más valientes.