"Hay que atajar el problema antes de que sea demasiado tarde", alerta el doctor Juan Luis Fernández Morera, endocrinólogo y nutricionista del Hospital Álvarez-Buylla de Mieres. Y es que el 19% de la población infantil española es obesa. Una opinión compartida por su colega, la doctora Jessica Ares Blanco que, junto a María Teresa Juberías -enfermera responsable de Educación Diabetológica en el centro hospitalario mierense-, desarrollaron la charla titulada "Obesidad: La plaga del siglo XXI". Un acto que tuvo lugar en el Centro Cultural de Moreda, organizado por la Gerencia del Área Sanitaria VII del Sespa con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

La magnitud del problema es tal que, en palabras de Fernández Morera, "en el mundo hay 1.200 millones de personas con sobrepeso y, de ellas, 600 millones son obesos, lo que conduce a que actualmente haya más muertes por esta causa que por el hambre". "Porque la obesidad mata, llegando a cuadruplicar el riesgo de fallecimiento", apuntó el especialista, que advirtió de que, de acuerdo a todos los datos existentes "las previsiones indican que esta es la primera generación con una esperanza de vida inferior a la de sus padres".

Por su parte, la doctora Ares señaló que "España se halla en un término medio a escala mundial", pero "desde los años ochenta se ha triplicado la tasa de obesidad". "Asturias, Galicia y Andalucía encabezan las estadísticas de obesidad y sobrepeso a nivel nacional", añadió. Ares, que recalcó que es la acumulación de grasa lo que marca el índice de obesidad, con independencia del peso, advirtió de que "las consecuencias más evidentes de esta situación son el deterioro de la calidad de vida, las enfermedades y la muerte prematura".

"El obeso sufre problemas físicos, psicológicos, sociales y laborales. Asimismo, el tratamiento de los trastornos derivados de la obesidad supone un coste suplementario para los sistemas de salud", manifestó la endocrinóloga, que hizo énfasis en la "urgencia de modificar hábitos poco saludables" y advirtió de que "a pesar de que muchos pacientes demandan la solución quirúrgica como primera y única solución, ésta sólo ha de ser la última vía, cuando todo lo demás falla: dieta, ejercicio, etcétera". "El obeso entra en un círculo vicioso en el que por su situación renuncia a esforzarse para adelgazar, encerrándose cada vez más, apartándose y cayendo en las conductas que le llevaron a estar así", explicó la doctora.

La enfermera María Teresa Juberías realizó una exposición eminentemente práctica, con recomendaciones de alimentación saludable, aconsejando realizar cinco comidas diarias "porque se distribuyen mejor las calorías a lo largo de la jornada y se evita llegar a la mesa con mucho hambre". De hecho, "gran parte de los obesos comen pocas veces al día". Además, Juberías se detuvo en la necesidad de practicar deporte moderado de forma habitual, caminar, beber diariamente unos dos litros de agua y controlar los estados de ansiedad que conducen a comer de modo compulsivo, al tiempo que alertó de los riesgos de los suplementos alimenticios. "Con una alimentación completa y variada no son necesarios los suplementos, que sólo están indicados en circunstancias concretas y siempre bajo supervisión médica" avisó la enfermera. Muy gráficamente distribuyó los tipos de alimentos que deberían integrar un plato: "la mitad, verduras frescas; una cuarta parte de carne, pesado, huevos o legumbres y otra cuarta parte de cereales, arroz, pasta o similares", a lo que habría que añadir una mayor actividad física y combatir el sedentarismo.

El doctor Morera remarcó que "si bien las estadísticas de fallecidos en accidentes de tráfico o por tabaquismo han ido mejorando gracias a las medidas adoptadas a lo largo del tiempo, con el problema de la plaga de obesidad aún no se está haciendo nada". "El 80% de los niños obesos seguirán siendo obesos en edad adulta", dijo Morera, que se preguntó en la charla el "por qué la caloría de alimento industrial es tan barata en comparación con los alimentos naturales".

Y es que los especialistas coinciden en señalar la incongruencia de que la alimentación sana sea mucho más cara que la comida basura, al tiempo inciden en que "sin un cambio en los hábitos de vida no hay solución posible".