La Real Academia de Ingeniería culminó ayer, en Mieres, su homenaje a Jerónimo Ibránal, quien fuera director de la Escuela de Capataces de Minas, germen del campus de Mieres. Una comitiva encabezada por su presidente, Elías Ferreres Castiel, se trasladó hasta la antigua Escuela y hoy Casa de Cultura, donde se descubrió una placa en honor del ingeniero. Los académicos también aprovecharon su estancia para visitar el Museo de la Minería de Asturias y el pozo Sotón, donde fueron recibidos por la presidenta de Hunosa, María Teresa Mallada.

"Jerónimo Ibrán impulsó la Escuela de Capataces de Minas en un momento en el que existía un gran déficit de técnicos, algo que ocurre en la actualidad, por eso debe ser reconocido, porque fue un pionero en su época y marcó un camino que ojalá podamos seguir impulsando entre todos". Esta fue la glosa que realizó del homenajeado el presidente de la Real Academia de Ingenieros, quien aprovechó para romper una lanza para que "nuestra sociedad tenga más atención a la técnica y a la ingeniería, de forma similar a otros rasgos de la cultura, como ocurre con las humanidades".

El reconocimiento a Jerónimo Ibrán no hubiera sido posible sin el apoyo del académico Eloy Álvarez Pelegry, que fue su impulsor. "Es un homenaje muy merecido con el que la academia trata de rendir tributo a dos notables ingenieros", destacó, haciendo referencia a que además de Jerónimo Ibrán, la Real Academia de Ingenieros también reconoció el trabajo de Luis Adaro. Sobre Ibrán, el académico destacó que "fue un personaje único en su tiempo y hay que tener en cuenta las dificultades que tuvo para desempeñar su labor, con muchos menos medios desde el punto de vista de la ingeniería, así como de otros recursos". Asimismo, resaltó que, "aunque hizo proyectos importantes, fue una persona que perseveró y luchó por desarrollar el bienestar social, teniendo siempre en cuenta a las personas".

Los académicos fueron recibidos en Mieres por el alcalde, Aníbal Vázquez, quien resaltó el "importante compromiso de Jerónimo Ibrán con Mieres, tanto con Fábrica de Mieres como con la Escuela de Capataces de Mieres, donde seguro que se formaron muchas personas que trabajarían después en empresas y yacimientos de la región". Vázquez también recalcó que la villa "ya había reconocido la figura de Jerónimo Ibrán en el pasado". Y es que el ingeniero tiene una calle con su nombre, justo un lateral de la antigua Escuela de Capataces de Mieres, desde el año 1909. "Con este homenaje de la Real Academia de Ingeniería se completa el círculo", sentenció el regidor mierense.

El homenaje a Jerónimo Ibrán comenzó el pasado lunes con un acto inicial en Madrid, trasladándose el programa hasta el hotel Reconquista de Oviedo al día siguiente. Allí se organizaron unas jornadas denominadas "Ingeniería, minería e industria" con dos paneles informativos, uno sobre los homenajeados como artífices del desarrollo industrial en Asturias y un segundo sobre la situación actual y las posibilidades de futuro relacionadas con la minería y la industria.

Jerónimo Ibrán dirigió la Escuela de Capataces de Mieres desde 1882 hasta 1904. Asimismo, firmó el proyecto de construcción del edificio donde se instalaría el centro académico, la actual Casa de Cultura. Entre sus logros académicos se encuentra la creación de la especialidad de Capataces de Minas, Hornos y Máquinas. Gracias a este hito, la Escuela "adquirió una vitalidad extraordinaria, formando técnicos y profesionales que debían garantizar la buena marcha industrial del Principado". Por su parte, la Real Academia de Ingeniería guarda muchas similitudes con otras reales academias existentes en el país, como la de la lengua, mientras que ésta se centra en la ingeniería. Su objetivo, tal y como explican desde la propia institución, es "promover la excelencia, la calidad y la competencia de la ingeniería española en sus diversas disciplinas y campos de actuación".

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