La Dirección General de Tráfico (DGT) tramitó el año pasado en Mieres un centenar de sanciones con retirada de puntos del permiso de conducir motivadas por un exceso de velocidad en la circulación. A esta cifra han que sumar otras 14 por positivos en controles de alcoholemia y otro medio centenar por infracciones relacionadas con el uso del teléfono móvil al volante o la no utilización de cinturones de seguridad o cascos. Así, el recuento de multas que llevaron aparejada la temida retirada de puntos se hubiera quedado en poco más de 150 de no ser por el radar semafórico que funciona en el casco urbano desde mayo de 2013. Y es que, según los datos de la DGT, el polémico "foto-rojo" se cobró él solito unos 6.000 puntos, al detectar y denunciar 1.500 infracciones.
El balance de sanciones con detracción de punto se saldó en Mieres el año pasado con 1.677 denuncias ejecutadas. De ellas, el 90 por ciento corresponden al "foto-rojo", que está activado de manera rotativa en los cruces de las calles Ramón Pérez de Ayala con Avenida de México y en el de Numa Guilhou con Manuel Llaneza, donde se encuentra actualmente. Este sistema de control, que penaliza el paso en rojo de los semáforos, graba a los vehículos que no respetan las indicaciones luminosas, tanto en vídeo como fotográficamente, trasladando la información al Ayuntamiento, que procede a tramitar la correspondiente sanción. Las multas ascienden a 200 euros, que se quedan en la mitad si el infractor se acoge a la rebaja por pronto pago en un tiempo inferior a quince días desde la notificación. Además de la multa económica, el conductor es penalizado con la pérdida de cuatro puntos del permiso de conducir. Los conductores no sólo son sancionados si pasan en rojo, también se tramitan multas en caso de que el vehículo se detenga sobre la marca vial que establece la zona de parada. En este caso, no se penaliza con la pérdida de puntos, pero la sanción sigue siendo de 200 euros.
El "foto-rojo", según explican expertos en seguridad vial consultados por este diario, es una "máquina" de retirar puntos del permiso de conducir debido principalmente a una circunstancia concreta. "Los radares de velocidad detectan más infracciones, pero la mayoría son incumplimientos que no restan puntos, mientras que en el caso de los semáforos todos los incumplimientos son considerados graves". Más en concreto, el radar de velocidad, en una zona limitada a 50 kilómetros por hora, sanciona a partir de los 59, pero las multas no conllevan la detracción de puntos hasta que el indicar salta por encima de los 73: "En el caso de foto-rojo resulta indiferente de que el conductor que se salte el semáforo lo haga por un cuarto de segundo, como sucede en ocasiones por un simple despiste, o lo haga por tres o cuatro segundos, poniendo en este casi sí en peligro a otros conductores", expusieron los expertos.
