Los productores de pita pinta asturiana reclaman al Principado que genere la infraestructura necesaria para impulsar la comercialización de la especie, que actualmente se encuentra en un proceso de rápida recuperación tras haber pasado por un periodo en el que estas aves autóctonas parecían condenadas a la desaparición. La Asociación de Criadores de Pita Pinta Asturiana (ACPPA) organizará, entre el 22 y 23 de este mes, el primer concurso de exposición que se organiza en la comarca del Caudal. Será en Morcín, donde ayer, el presidente de la citada plataforma, Emilio Martínez, afirmó que tanto la carne como los huevos de estas aves de corral tiene "un gran mercado potencial que no se está aprovechando".

"El problema principal es que no tenemos mataderos, lo que nos obliga a desplazarnos fuera de la región, casi siempre a Lugo, para poder acceder a este servicio, lo que lógicamente encarece demasiado el producto y no nos permite ser competitivos". Emilio Martínez solicitó ayer en el Ayuntamiento de Morcín que se habiliten líneas específicas para el sacrificio de aves y conejos en los mataderos de ganado de la región: "Otra posibilidad es que, como hacen en varios países de Europa, se apueste por un matadero móvil que rote por los distintos municipios asturianos, facilitando así la labor de los productores y la abaratamiento de costes".

Actualmente, en Asturias hay alrededor de doscientas explotaciones de pita pinta. ACPPA cuenta con 104 socios, de los 14 están asentados en los valles mineros. "Hace apenas cinco años había poco más de sesenta criaderos", remarca Emilio Martínez. Estas cifras reflejan un auge que, pese a todo, no tiene incidencia en los comercios. "Al final la venta se hace entre particulares, ya que no hay infraestructura para llegar más lejos". Los productores se quejan de esta situación. "Hay muchos carniceros que se interesan, pero no hay oferta, ya que no podemos competir con la cadena industrial", lamenta el presidente de la asociación. Tener que ir a matar los animales a Lugo y tener que contratar luego vehículos isotérmicos para regresar con la carga es demasiado para los modestos granjeros asturianos. "El proceso no se puede encarecer tantísimo", reconocen los portavoces de una de los dos grandes asociaciones que hay en sector.

La pita pinta es un producto de calidad, tanto en el campo de la carne como en los huevos. Un reciente estudio que se basó en el seguimiento a un centenar de animales deparó que estas gallinas autóctonas pueden poner de media unos 220 huevos al año cada una. En este caso, se identifican por el color crema tostado de la cáscara. Dentro esconden un manjar, pero más gracias a la técnica que a la genética: "Todos los huevos son iguales por dentro, lo que los diferencia es el manejo que se hace de los mismos y la alimentación que reciben las aves", subraya Emilio Martínez. Con las pitas pintas, la calidad está avalada por unos medidos cuidados: "Los animales comen cereales, como maíz, trigo y cebada; además de piensos compuestos", destacan los productores. En cuanto al manejo, es importante que permanezcan el mayor tiempo posible al aire libre, ya que a más horas de luz. mayor producción de huevos. La crianza artesanal de estos animales conlleva que tarden hasta un año en alcanzar el peso necesario para ser aprovechados en el mercado de la carne: "Una pollo industrial puede estar listo en tres meses", indica Emilio Martínez. Un reproductor de pita pinta puede llegar a pesar hasta cuatro kilos. "Sin duda se hace necesario facilitar las normativas para lograr que esta actividad sea viable económicamente", defendió el alcalde de Morcín, Jesús Á. Barbao.