La guerra abierta en el seno del Montepío de la Minería entre la dirección y los críticos de Comisiones Obreras, agrupados en una asociación liderada por Alberto Rubio, tiene abierto un nuevo frente. El colectivo de "Mutualistas en el Montepío" denunció ayer que desde la mutualidad se está lanzando una ofensiva contra ellos, evidenciada en "el cese fulminante" de dos presidentes de juntas locales, Sama y Laviana, "cuyo único delito es pertenecer a la asociación".

Alberto Rubio aseguró que entre los objetivos de la asociación que lidera están los de "aportar una mayor promoción y colaboración con la entidad, o la defensa de los socios. "Digo esto porque da la impresión de que nacimos para estar frente a la mutualidad, y no es así, sino que queremos estar con la mutualidad", aseguró. De hecho, puso un ejemplo gráfico: "Esto es como si un colegio censura a la asociación de padres y madres de alumnos, es decir, a un organismo que debería ser complementario se le considera el enemigo".

Arropado por compañeros de la asociación, que ha logrado casi 130 socios en apenas una semana, señaló que "el Montepío está vendiendo un humo de estabilidad que no existe y lo hace a través de más opacidad interna, amputando la participación y la democracia interna, reprimiendo a las personas discrepantes y contando con la colaboración de varios cómplices necesarios".

Sin nombrarlo, hizo referencia a la persona de Arsenio Díaz Marentes, que ahora forma parte de la nómina de asesores vinculados a CC OO que están dentro de los órganos del Montepío. "Había personas, como el actual coordinador de estos asesores, que después de pedir en las asambleas la salida del sindicato del Montepío, ahora entran en la dirección para mediar por el retorno", denunció Rubio, quien no entiende este cambio de postura.

El ex líder sindical criticó que la mutualidad "está volviendo a tiempos extraños y oscuros, siendo más trinchera que nunca del SOMA-UGT". Además, Rubio denunció irónicamente que la última "decisión democrática "de la entidad fue la de "cargarse de forma fulminante" a los presidentes de las juntas locales de Sama -Higinio García- y Laviana -Antonio Sánchez-. Cuyo único delito, dijo, "es el de formar parte de esta asociación". En el caso de esta última junta local, subrayó, "incluso hubo un cambio de cerradura". Además, Rubio aseguró que uno de los sustitutos, el de Laviana, "fue interventor del Montepío con Postigo".

Alberto Rubio calificó estas decisiones de "despropósito" y acusó al presidente de la mutua, Juan José González Pulgar, de avalarlas. "Lamento muchísimo que las decisiones que toma el presidente estén siendo tan raras, extrañas, y erráticas y que vayan en contra del Montepío y de su propia persona, en la que yo expresamente confié un año", dijo.

Rubio aseguró que los críticos están resultado útiles para el Montepío hasta el punto de ser "la última frontera para que mucha gente del Montepío no se borre". "¿Donde esta el problema de abrir la mutualidad a nosotros también?", se preguntó, para indicar que actualmente "pesan sobre la entidad intereses que llegan a lo sindical o lo político".

Por último, agregó que "vamos a seguir protestando y poniendo negro sobre blanco lo que pueda hacer daño al Montepío, y vamos a seguir defendiendo la mutualidad cuando sea atacado". Para Rubio, la entidad debería "abrirse, modificar sus estatutos para dar más transparencia y acabar con los chanchullos".