A Sherlock Holmes, el detective ideado por el escritor Sir Arthur Conan Doyle (Edimburgo, 1859-1930), le encantaba comer. Su plato favorito era el pollo al curry, pero nunca hacía ascos a los dulces. Mucho menos al pastel Strasbourg, que tan amorosamente le cocina su mamá y más tarde la señora Hudson. Pues esa misma tarta, por la que el detective más famoso de la historia se relamía, la cocinarán los alumnos de la Escuela de Hostelería del IES Valle de Aller. Forma parte del menú de las Jornadas "Cocina y Literatura", que ofrecerá el centro a partir del próximo martes.

"Queríamos empezar fuerte, con algo diferente, y pensamos que estas jornadas serían realmente muy originales", explicó ayer Víctor Pérez, impulsor del proyecto y profesor de Cocina. Los estudiantes se afanarán en los fogones para ofrecer auténticos bocados de obras literarias clásicas.

La carte tiene páginas y sabores para todos los paladares. Un ensopado uruguayo, como el de "Cuentos de la Selva (Horacio Quiroga) y un cocido madrileño, como el que generaba alguna tensión en "Fortunata y Jacinta" (Benito Pérez Galdós). También timbal de macarrones, inspirado en "El gatopardo2 (Giuseppe Tomasi di Lampedusa ) y y la auténtica receta de caballas al horno que aparece en "Maigret y el asesino" (George Simenon). Antes del postre, "Las albóndigas del coronel" (Rubén Dario). Además de la tarta de Sherlock Holmes, habrá unos scones como los que le gustaban a Miss Marple (Agatha Christie) y una magdalena, de esas que despiertan recuerdos en "En busca del tiempo perdido" (Marcel Proust).