Josín Lazcano se ha despedido de de su perro "Trasgu". Un adiós sin posibilidad de reencuentro, sin vuelta atrás. Este malogrado artista se queda solo a la espera de la muerte que le acecha tras el diagnóstico de una enfermedad en fase terminal. Su desesperado llamamiento a través de LA NUEVA ESPAÑA para lograr una nueva casa para su pequeño y joven perro ha tenido un enorme eco. Familias de todo el país han intentado ponerse en contacto con este vecino de Mieres. Unas lo consiguieron y otras no. Pero ha sido una murciana asentada desde hace 22 años en Lugo de Llanera la que le ha transmitido la confianza que buscaba: "Es una chica cabal y mañana -por hoy- podrá llevarse a 'Trasgu'". Así ha sido esta misma tarde

"Será un adiós, no un hasta luego. No sería bueno para el perro ni tampoco para mí", aseguraba Lazcano esta mañana con los ojos vidriosos. El pasado sábado lanzó un desgarrador mensaje al viento. Tras renunciar a seguir tratándose de la enfermedad incurable que crece en su seno, de la que no quiere tan siquiera pronunciar su nombre, y convencido de que el final es inminente, pidió que alguien aceptase acoger a su perro. No han faltado voluntarios. De hecho, Lazcano tuvo ayer un día agitado, atendiendo muchas llamadas telefónicas. Al final la determinación de una madre murciana le disipó las dudas.

Antonia Morales es de Lorca y vive en Lugo de Llanera desde 1994. Tiene un niño pequeño de 6 años y siempre tuvo perros en casa. El último falleció en enero y pasó tanta pena que no quiso llenar el pesaroso vacío con una nueva mascota. Sin embargo, ayer por la mañana leyó en las páginas de este diario la dramática historia de Josín Lazcano, un naviego de nacimiento que, tras coquetear con el éxito artístico, lleva años sobreviviendo en Mieres. "Cuando vi la foto en el periódico me dije: esti perrín es para mí". Muchas personas llamaron ayer a este diario para pedir información sobre Lazcano, pero Antonia Morales optó por calzarse unos zapatos, coger a su hijo, y plantarse en Mieres.

Josín Lazcano se despide de su perro "Trasgu" en Mieres

Josín Lazcano se despide de su perro "Trasgu" en Mieres

"Cuando llegué lo primero que hice fue preguntar a unos policías si conocían a Josín. Me indicaron muy amablemente por dónde solía parar y empecé a buscar". Tras recorrer sus zonas habituales de paso, encontró en un bar a un conocido de Lazcano. "Le facilité mi número de teléfono para que se lo diera y nos volvimos a casa, ya que tenía que dar de comer a mi hijo". Sobre la cuatro de la tarde su teléfono sonó. Al otro lado escuchó la voz de Lazcano y, de fondo, los ladridos de "Trasgu". Volvió a vestirse, cogió un tren, y a las cinco de la tarde estaba de regreso en Mieres.

Antonia Morales y Josín Lazcano se encontraron en una céntrica cafetería de la ciudad. Hablaron un rato y conectaron. "Trasgu" no les perdió de vista en ningún momento. "La historia me tocó la fibra y pienso que el perrín puede ser feliz en nuestra casa", apuntó Morales tras recibir el visto bueno inicial del dueño del animal. Ahora bien, Lazcano puso sus condiciones. La primera, que el perro no sea castrado. "Tienen alguna novia y quiero que disfrute de la vida", señaló con un sonrisa en la cara. Además, tampoco quiere que el perro luzca lazos ni vestimenta alguna: "Los perros son como son, no necesitan adornos ni pijadas". Por último, solicitó que de vez en cuando, "más o menos una vez por semana", se le de con la comida una cucharada de aceite de oliva: "Es muy bueno para el intestino y también para el pelo".

Tras el encuentro, Lazcano se llevó de nuevo consigo a "Trasgu" para pasar juntos una última noche. Hoy, salvo imprevistos, le cederá el animal a Antonia Morales para que "Trasgu" inicie una nueva vida en Lugo de Llanera. "Para mí era importante que se quedara en Asturias. Espero que disfrute de la vida y sea feliz durante muchos años, ya que es muy joven y está sano". Lazcano acepta que para él el futuro ya no existe.