La implantación del transporte universitario en el campus de Mieres está más cerca de ser una realidad. El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Grande, aseguró ayer en Mieres que "las conversaciones con el Consorcio de Transportes de Asturias están muy avanzadas". El máximo responsable de la entidad académica también explicó que había mantenido un encuentro con la Corporación de Mieres a principios de semana donde trataron asuntos como el convenio de uso de las instalaciones de Barredo.

Para poner en marcha el transporte, la Universidad tendrá que hacer una aportación económica, cómo dejó claro el máximo responsable de la entidad académica. Eso sí, no será la única administración que tenga que rascarse el bolsillo para este fin. El rector restó hierro al asunto asegurando que "hay voluntad de todos por hacer esta aportación". Otro aspecto destacado por García Granda fue el convenio para la utilización de las instalaciones del campus con el Ayuntamiento. "El mes que viene intentaremos cerrar el acuerdo, que es algo en lo que todos los grupos políticos tienen mucho interés, ya que todos están muy preocupados porque demos uso a los recursos que tenemos en Barredo", apuntó.

Los grupos municipales de Mieres también trasladaron al Rector diferentes propuestas, como la puesta en marcha de nuevas titulaciones y becas para los alumnos de Barredo. Sobre la primera parte, García Granda ya había afirmado que sus intenciones, a corto plazo, no iban por ese camino, aunque sí apostaría por la implantación de una escuela de doctorado. Las becas, en cambio, sí formaban parte de la hoja de ruta que el máximo responsable de la entidad académica se había marcado para el desarrollo del campus de Mieres.

Por otro lado, el Rector también aprovechó ayer para lanzar una propuesta para el edificio de investigación, la creación de una escuela de emprendimiento en el vivero de empresas, al estilo de Valnalón. Estas instalaciones, ubicadas en la primera planta del inmueble, nunca se han destinado a su fin, siendo utilizadas como aulas para desarrollar cursos y talleres. Para la consecución de este objetivo, García Granda demandó la colaboración tanto del Principado de Asturias como de las empresas de la región, entre ellas Hunosa, "dándole un poco de vida al edificio".