En teoría, según lo establecido cuando se planificó la construcción de la subestación, Viesgo requiere de un equipamiento de estas características para mantener la cobertura de la ciudad una vez concluya el ensanche de la Mayacina, con 711 pisos proyectados, de los que están construidos más de 500. Ahora bien, esta previsión se ha alterado en los últimos años. Viesgo, según las fuentes consultadas por este diario, considera que en estos momentos está en condiciones de garantizar el suministro a la ciudad con su actual infraestructura. Ahora bien, si sobre todo el sector industrial repunta, podrían surgir deficiencias debido a la falta de una subestación de la características y potencia de la que fue derribada hace ya casi dos años en la Mayacina.

Coincidiendo con la orden de derribo de la subestación de la Mayacina, Viesgo sometió a la red eléctrica de Mieres a una serie de mejoras para "reforzar" el circuito en previsión de que finalmente, como sucedió, tuviera que abordar el desmantelamiento del polémico equipamiento. Así, se acometieron varias actuaciones encaminadas a dotar al casco urbano de una mejor cobertura para que el circuito pueda soportar sin problemas el aumento de la carga eléctrica.

El desarrollo de la subestación de la Mayacina estaba ligado a la ejecución del ensanche urbano de la ciudad. El proyecto, tras plantearse inicialmente en el entorno de pozo Barredo, se desplazó a un parcela anexa al barrio de San Marina, pero se hizo irregularmente desde un punto de vista urbanístico. Tras ser derribada la instalación por mandato judicial, Viesgo no se pronuncia abiertamente sobre la necesidad de construir una nueva subestación a medio plazo. La empresa sostiene que ahora no es necesario, pero remarca que Mieres está "al límite" en lo que a cobertura energética se refiere. En la Mayacina aún quedan por construir casi 200 viviendas, aunque los proyectos podrán demorarse años. Además, en los polígonos del extrarradio hay bastantes naves industriales vacías.