El comité de empresa ha convocado una huelga que se iniciará el próximo lunes y durará una semana. A partir de ahí, en este nuevo escenario, esperan una nueva reacción por parte de Luis Uribarren. Los trabajadores, muchos de ellos con las prestaciones por desempleo agotadas tras dos años de cierre, tampoco han cobrado todos sus salarios. Según explicaron los sindicatos, aún les deben las nóminas de septiembre y la extraordinaria de verano, y ése es el principal motivo por el que irán a la huelga y paralizarán la producción recién iniciada el pasado miércoles. Los representantes de los trabajadores se reunirán durante los próximos días para analizar la situación y valorar la posibilidad de poner en marcha nuevas medidas de presión. La plantilla, que se encuentra con la moral "por los suelos" tras el varapalo que supone el abandono de Fernández Coalla del proyecto, mantiene sin embargo la esperanza de que lleguen nuevos inversores que reactiven una planta que siguen considerando viable.