Mieres mostró una vez más su solidaridad. Más de 2.000 personas participaron ayer en la carrera y marcha solidaria contra el cáncer de mama. El acto estuvo organizado por la sede mierense de la Asociación Española Contra el Cáncer. Fue un éxito rotundo de participación, que sirvió como colofón a una semana en la que se repitieron eventos como charlas o conferencias para dar visibilidad a esta enfermedad. Siete días en los que el municipio se tiñó de rosa, con la complicidad de comerciantes y hosteleros, que engalanaron sus negocios con globos y alfombras de ese color.

Desde primeras horas de la mañana se pudo ver a muchos vecinos portando prendas en tonos rosas, el identificativo de la lucha contra el cáncer de mama. Calentaban en pantalón corto o chándal para participar en una prueba en la que lo de menos era el ganador deportivo. El vencedor absoluto fue la sociedad mierense, que mostró una vez más su concienciación con todas las causas que lo requieran. Prueba de ello fue que la de ayer supuso la edición de la carrera, según indicaron los organizadores, más multitudinaria de las celebradas hasta ahora. Manuel González fue uno de los participantes en la prueba. Estuvo acompañado por su hija pequeña, Sara. "Solemos venir siempre porque nos parece una iniciativa en la que hay que estar sí o sí", señalaba este vecino. "Veremos a qué ritmo vamos, y si cansamos nos unimos a la marcha", bromeaba.

Mientras muchos participantes compraban el dorsal solidario, a cinco euros que se destinarán a la lucha contra el cáncer, otros recorrían los puestos ubicados en la calle la Vega donde se vendían desde camisetas, a gafas se sol o pulseras, todo ello con el mismo fin: recaudar fondos para investigación. En total de recaudaron 4.180 euros, según indicaron los organizadores

En el evento participaron gente de todas las edades y géneros. Desde personas mayores hasta bebés en sus carritos. Y también mascotas, algunas de ellas portando un pañuelo rosa. "Es un día para estar juntos y toda la familia quisimos estar aquí apoyando la causa, incluida 'Lula'", señalaba Efrén Argüelles mientras sujetaba a su perra. No solo vecinos de Mieres quisieron apoyar la iniciativa. También llegaron grupos de otros sitios de Asturias como Oviedo o Gijón. Fue el caso de Maribel Granda, que junto a su marido participó en la marcha. "No estamos ya para correr", bromeaban.

Finalmente, según las estimaciones de los organizadores, hubo unos 2.000 participantes en la prueba entre las personas que portaban dorsal y los que acompañaron de manera espontánea a los corredores.