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Sebastián: "Hace falta valentía para asumir cambios radicales"

El economista aseguró en Ciaño que el "clientelismo que nos asuela" perjudica al "emprendimiento y al talento"

Carlos Sebastián, en Ciaño. F. GEIJO

Carlos Sebastián, catedrático de Teoría Económica, fue director general de Planificación en el Ministerio de Hacienda durante los años 1983 y 1984 y uno de los artífices de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada. Autor de numerosos libros y tratados, el pasado mes de marzo vio la luz "España estancada: por qué somos poco eficientes", su última obra.

El economista se acercó el pasado viernes a la Casa de la Buelga de Ciaño para hablar de su ensayo y de su visión "relativamente pesimista" de la situación actual de nuestro país. El acto fue organizado por la Asociación Cultural "Cauce del Nalón" y la Universidad de Oviedo en colaboración con el Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. La presentación corrió a cargo de Francisco Villar, presidente de "Cauce".

Sebastián comenzó su alocución poniendo de manifiesto su "profunda alegría por volver a estar en Asturias "y en concreto en el valle del Nalón" al tiempo que aseguró, divertido, que estaba deseando "que llegue la hora en que me llevéis a un chigre a tomar sidra de la buena".

Ya centrado en la disertación sobre su libro, el autor confesó que, al escribirlo, se propuso una doble tarea: "por una parte, analizar las razones del declive que ha experimentado España en los últimos años y por otra intentar formular alguna que otra propuesta para solucionarlo". Sebastián responsabilizó del estancamiento en nuestra eficiencia, que empezó a materializarse a finales de los años ochenta, "al clientelismo que nos asuela y que condiciona el cultivo del talento, bloquea la sociedad meritocrática y contribuye al desarrollo de valores adversos al emprendimiento, la eficiencia y la formación".

También aludió a la grave ocupación de las instituciones por los partidos mayoritarios que, según expresó, "han colonizado tanto la Administración pública como los órganos de control", al tiempo que manifestó que "la inseguridad jurídica que padecemos está teniendo graves consecuencias en nuestro país, ya que es mucho más peligrosa que el hecho de no tener Gobierno". "La impunidad es lo peor", continuó el ponente, que puso como ejemplo "las 6.000 reclamaciones de ciudadanos que ha estimado el Banco de España y de las cuales tan solo se han satisfecho el 16 %, ignorándose el resto". Igualmente, destacó que "los autónomos y las pymes están maltratados por la legislación fiscal y la burocracia ya que se enfrentan a dificultades impensables en otros países europeos". "Hay una excesiva temporalidad de los asalariados y los empresarios incumplen sistemáticamente la ley y me niego a creer que no haya buenas empresas, más bien el problema reside en que hay muy pocas buenas empresas", subrayó.

Como posibles soluciones a este panorama "relativamente desolador", según sus palabras, Sebastián reivindicó "la necesidad de eliminar las sombras de la impunidad y el amiguismo" y se mostró firmemente convencido de que es "vital" un acuerdo de los partidos políticos para "alejar los órganos de garantía y supervisión de la influencia de esos partidos, asegurar el cumplimiento verificable de las leyes y evitar los fraudes de ley que comete la propia Administración y reformar el procedimiento de nombramiento de altos cargos". Se trata, tal y como señaló para finalizar, "de tener la voluntad y la valentía de acometer cambios radicales, ya que no hay nada que inventar, basta con fijarse en lo que funciona en otros países y adaptarlo al nuestro".

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