El suministro de agua ha quedado restablecido en los pueblos mierenses de Santa Cruz y zonas altas de Figaredo y Ujo afectados por el corte debido al deslizamiento del muro de sostenimiento de la vía en la carretera AS-112A. El Ayuntamiento aseguró esta mañana que el agua llega a los núcleos con normalidad desde la pasada madrugada. El derrumbe de un muro cerca de Valdefarrucos afectó a una tubería y mantuvo cortado el suministro desde la noche del martes a más de 1.400 vecinos de 14 pueblos de Mieres.

Operarios del Principado trabajaban ayer a contrarreloj para intentar restablecer el servicio. Mientras, los vecinos tiran de cubos, depósitos propios o garrafas del supermercado para apañarse. "A ver si lo arreglan pronto porque no podemos estar más días sin agua". Así lo aseguraba ayer José Luis Fernández, un vecino del núcleo de Les Figares, entre Santa Cruz y Bustiello.

El primero en ver el desastre fue Camilo Freije, cuya casa está a apenas 10 metros del punto donde se derrumbó el muro. "Estábamos cenando el lunes y oímos un gran estruendo. Cuando salí ya vi que toda la pared se había caído dejando un gran socavón", aseguraba ayer a LA NUEVA ESPAÑA, desde la terraza de su casa. Mientras contempla la obra de reparación de la carretera y la tubería, Freije explica que "nada más que vimos como estaba la carretera llamamos a emergencias y fuimos a avisar a los coches que pasaban, porque es muy fácil que hubiera un accidente y alguno se precipitase por el terraplén". Junto a su hijo y un vecino estuvieron regulando el tráfico en la zona.

Desde el martes por la mañana, técnicos municipales y del Principado analizaron el problema. Decidieron cortar el agua, ya que el derrumbe del muro tuvo lugar justo en una zona de paso para una tubería que quedó totalmente descubierta. Desde la noche del martes, los vecinos no tienen agua. Camilo Freije explica que para lavarse "tenemos que hacerlo a calderaos con el agua de dos depósitos que tengo, pero es una situación muy incómoda". El hombre es también el propietario de la huerta sobre la que cayó el muro. "Las palabras hasta ahora han sido buenas, que lo van a arreglar todo y dejarlo como estaba, pero luego ya veremos en qué queda", afirma, desconfiado. Sin embargo, no pierde el sentido del humor. "A ver si nos dan agua pronto y nos podemos duchar, que cuando entremos en la bañera habrá que ir con un cepillo de alambre a este paso", señalaba jocoso.

Otros vecinos que se quedaron sin agua fueron José Luis Fernández y Paqui Pérez. "A nosotros no nos avisaron de nada y ayer de noche -por el martes-, cuando abrí el grifo para lavar las manos para ir a cenar vi que no salía ni una gota". También para este matrimonio es un incordio no tener suministro. "Para lavarnos un poco tengo un pequeño depósito para dar de beber a las gallinas y de ahí cogemos el agua, lo calentamos en la vitrocerámica y así nos apañamos", relatan. "Para fregar y para cocinar, la misma operación", señalan, para agregar que "lo que queremos es que lo arreglen rápido. Tenemos una tubería que tiene más de cien años y deberían de arreglarla", afirma el matrimonio, que vive en el núcleo de Les Figares.

Los operarios trabajaron ayer mañana y tarde en asegurar la tubería para poder restablecer el servicio. En un principio, señalaron, el suministro podría volver hoy, aunque no se descarta que no haya agua hasta mañana, viernes.