La práctica del yoga no tiene edad. La prueba de ello está cada martes en el colegio de Turiellos de La Felguera, en donde 16 niños de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años aprenden técnicas y ejercicio básicos en un ambiente lúdico. La iniciativa forma parte del proyecto "Más que yoga", implantado en el centro langreano como actividad extraescolar. La experiencia está promovida por el Ayuntamiento de Langreo, que pretende extender las clases al colegio de Tuilla el próximo mes y a otros equipamientos docentes del concejo de forma progresiva.

La coordinadora de proyecto y monitora de las clases es Raquel Torres. "No se busca alcanzar unos objetivos comunes, sino favorecer el desarrollo individualizado de cada alumno, haciendo que tome consciencia de su cuerpo y de sus emociones a través de las técnicas que se muestran. Todo eso se hace adaptando las prácticas convencionales a la edad de los niños, en un ambiente lúdico y dinámico", argumentó la profesora.

Torres expuso que la actividad va más allá del yoga. "El niño interioriza técnicas de coordinación, respiración, relajación o dinámicas de expresión corporal que son beneficiosas en su desarrollo emocional e incluso académico. También aprende ejercicios de concentración útiles como técnicas de estudio; además son clases que ayudan a fortalecer su autoestima".

La responsable de la iniciativas argumentó que, a edades tempranas, la receptividad de los alumnos a la hora de asumir esas enseñanzas es mayor. "Los niños tienen mucha curiosidad por todo y se interesan por lo que hay detrás de cada técnica, por qué se llama así... Ellos lo viven como un juego, se siente valorados y se automotivan al ver que son capaces de realizar los ejercicios. El aprendizaje se lleva a cabo en un ambiente no competitivo, en el que todos se sienten incluidos".

La idea del Ayuntamiento es extender el programa al colegio de Tuilla en las próximas semanas. "Ahora mismo el proyecto está en marcha en Gijón y en Langreo", apuntó Torres, que añadió: "Mi objetivo es ampliarlo en fases posteriores a los padres y docentes para que ellos mismos sean los profesores de los chavales. En Asturias no está muy extendido, pero en otros lugares de España como Navarra es algo en lo que se trabaja desde hace tiempo".