Las Jornadas micológicas de Mieres soplan 25 velas y, para celebrarlo, la Casa de la Cultura acogió la conferencia "25 años entre setas", con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS. En el encuentro, Jorge Díaz, Jesús González y Antonio Celis, miembros de la Asociación Micológica "La Pardina", hicieron un recorrido por su historia desde su nacimiento, en 1992, por el hallazgo de una rara variedad de seta ("Volvariella bombycina"). La encontraron en el pozo Tres Amigos. Desde entonces, ese grupo de mierenses apasionados por la micología no han dejado de trabajar para poner en valor: "Hubo un tiempo en el que salir al monte a buscar setas se consideraba ir a rebuscar en la basura", reconoció González, miembro de la directiva.

Antonio Celis es el presidente de "La Pardina" y fue el primero en intervenir. Explicó que "La Pardina" nació con "un propósito de respeto al medio natural, dar a conocer la riqueza micológica del concejo e informar a la ciudadanía para evitar intoxicaciones". Resaltó Celis la positiva evolución de la Asociación, habiendo experimentado un gran salto, cuantitativo y cualitativo, la extensión de actividades, los conocimientos de los miembros y las relaciones mantenidas con otras asociaciones micológicas. A continuación tomó la palabra Jesús González, que se reconoció "aficionado por tradición familiar, en un campo poco conocido en Asturias". En cuanto a la puesta en valor de las setas, destacó que "antes no había costumbre y los conocimientos eran muy básicos". Sin embargo, "las setas tienen algo de mágico, que son capaces de unir en esta afición a gente de lo más diversa" expresó González, que participó en el sorprendente hallazgo del pozo Tres Amigos. "Pocas asociaciones resisten 25 años y en la nuestra hay relevo de cara al futuro" concluyó González. Por su parte, Jorge Díaz centró su exposición en los cambios habidos en este cuarto de siglo. Así, manifestó que "Asturias es un paraíso micológico, si bien las condiciones de humedad complican la conservación de las setas" y advirtió de que "los estudios micológicos avanzan muy deprisa. Así que, si no se está al día, los conocimientos se quedan obsoletos. Hay que estudiar mucho".

Díaz expuso que "en Asturias, esta actividad es más una afición que un medio de vida pues cada vez hay más zonas protegidas, cotos, reservas y parques que limitan el terreno de búsqueda". Asimismo, hizo un llamamiento a buscar información antes de consumir una seta silvestre y a la responsabilidad de los restaurantes a la hora de adquirir el producto. "Hay gente muy atrevida que no se asegura de lo que va a consumir" avisó el experto, para el que las asociaciones micológicas "al principio animaron a la gente a salir al monte a buscar setas y hoy están más comprometidas en la información y educación del público para evitar intoxicaciones y daños a la naturaleza". Finalizó Díaz haciendo un llamamiento a la integración de los estudios micológicos dentro de las especialidades universitarias del Campus de Mieres.

La conferencia estuvo apoyada por material fotográfico relativo a la historia de "La Pardina", una exhibición de múltiples variedades de setas y un recorrido de estos 25 años a través de LA NUEVA ESPAÑA.