El año 2018 ya está a la vuelta de la esquina. Parecía lejano cuando se firmó el plan de empresa de Hunosa, pero en apenas 14 meses, arrancará un ejercicio clave para el sector minero y, por ende, para la empresa pública. Una compañía que en 2014 firmaba su último, a lo peor ya no hay más, plan de empresa, cuyo cumplimiento se está desarrollando con importantes piedras en el camino. Dos años y medio después de aquel pacto entre dirección de la empresa y sindicatos, en mayo de 2014, son muchos los parámetros que no se han cumplido, como la producción o parte de la reactivación. En otras áreas se sigue trabajando y potenciando, caso de la conocida Hunosa Verde o posminería. Sí se lleva a rajatabla el plan social, es decir, la parte de las prejubilaciones. El último capítulo pactado ha sido la venta de los economatos, que se espera fructifique en los próximos meses.
Si bien hace unos días los sindicatos hablaban de estos economatos como el mayor proyecto de reactivación de Hunosa en lo que se lleva del plan de empresa, lo cierto es que precisamente este área, el de la reactivación, es la que más descontentas tiene a las centrales ante el fracaso de varios proyectos, como los cielos abiertos o la central de biomasa.
Los sindicatos entienden que la reactivación no ha respondido a las expectativas, ya que en los dos últimos años apenas se han desarrollado cuatro proyectos con participación de Sadim. Las empresas KPS y Procas, que ya están en desarrollo y esperan generar de 60 empleos; y Garolesa y Luminalia, que están en tramitación y calculan otros 40 puestos de trabajo. El proceso abierto con los economatos de Hunosa, que se venderán a otra compañía, aunque Sadim entraría a formar parte del accionariado, pasaría a ser, para los sindicatos, otro proyecto dentro de este capítulo de reactivación.
En el área de producción, las centrales sindicales detectan a día de hoy un desfase de en torno al 12% sobre la cantidad prevista en el plan de empresa. Un porcentaje mucho menor al del año pasado, que por estas fechas se situaba en el 20%, y que se ha ido recuperando con nuevas inversiones. Precisamente es ahí, en las inversiones para la actividad minera, donde también se habían encontrado un fuerte desajuste. Sin embargo, en los últimos meses, la hullera ha realizado varias inversiones, entre compra de material y preparación de nuevos yacimientos, que han equilibrado esa cifra a lo previsto en el plan de empresa. Sin ir más lejos, en 2015, se invirtieron 7,6 millones de euros, de ellos el 80% directamente en proyectos para incrementar la capacidad productiva. Este ejercicio se han realizado varias inversiones importantes, como los más de cuatro millones para la preparación de nuevos yacimientos en los pozos de Carrio y San Nicolás. Lo que las centrales afirman es que el plan social (prejubilaciones) se está cumple a rajatabla.
La diversificación de actividades de la empresa pública también es otro capítulo con luces y sombras. El área de Nuevos Desarrollos de Hunosa ha puesto en marcha varias iniciativas, aunque algunas de ellas todavía están ciertamente verdes. De hecho, los sindicatos apoyan los pasos que está dando la dirección de la hullera, aunque los consideran, a todas luces, insuficientes.
En esta área se enmarcan todas las nuevas apuestas energéticas de la compañía. En el caso de la biomasa, se ha puesto en marcha el negocio de instalación de calderas y actualmente se encuentra en tramitación administrativa un aserradero en Lieres (Siero) para suministrar el combustible de estos dispositivos.
En lo referente a la geotermia -calefacción con agua de mina- Hunosa ha ampliado en los últimos años la cartera de clientes a Gispasa, a la Universidad de Oviedo y a Faen. Además, la empresa está pendiente de la aprobación de una partida de fondos Feder para llevar este sistema de calefacción a las viviendas de alquiler de La Mayacina, en Mieres. Por otra parte, la hullera tiene previsto hacer lo mismo en Langreo Centro, aunque este proyecto todavía tiene mucho recorrido por delante.
En el caso del biogás, Hunosa ha puesto en marcha una caldera en el macelo de Gijón y acaba de empezar a instalar otra en el concejo de Gozón. Por el momento, hay conversaciones con otras compañías para poder suministrar este tipo de energía, aunque por el momento no han fructificado. En lo referente al área de eficiencia energética, la empresa ha cerrado varios acuerdos, entre ellos uno con el Servicio de Salud del Principado de Asturias.
Otra de las patas de la diversificación incluye la investigación sobre la captura de CO2, en la que Hunosa participa en planes europeos, pero está aparcada. Además, se han activado planes de investigación sobre los hidrocarburos, en este caso, el metano, en la zona central de Asturias.
Por último, también se incluyen en este área del plan de empresa de Hunosa todas las acciones desarrolla Sadim Ingeniería en temas de desarrollo de obras en museos, temas de atmósferas explosivas o tecnologías de la comunicación. El máximo exponente es el pozo Sotón, convertido en una mina visitable y en un centro museístico. En el debe de la empresa, los sindicatos ponen el foco en la falta de desarrollo de la central de biomasa que estaba prevista en Reicastro (Mieres). Por el momento, y hasta que no haya una nueva subasta eléctrica, el proyecto está paralizado.
Las minas a cielo abierto, aunque no se encuentran como tal reflejadas en el plan de empresa de Hunosa 2013-2018, son otro de los caballos de batalla. Y es que los sindicatos entienden que es un proyecto a desarrollar por Hunosa atendiendo a las declaraciones de responsables de la propia hullera y del PP de Asturias.
En lo referente a la posminería o también llamado Hunosa Verde, las centrales dan por cumplido esta pata del plan, que reflejaba la obligación de la empresa de ponerla en marcha.
Entienden que en estos dos años se han tramitado planes forestales que cuentan con el visto bueno del Principado o están en tramitación. Además, también destacan el aprovechamiento de escombrera de Figaredo.
