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ESPERANZA DEL FUEYO | Presidenta de la sociedad de Los Humanitarios de San Martín, cuya fiesta, declarada de interés turístico nacional, cumple ahora cincuenta años

"Cuando empezó la fiesta de San Martín sólo se veían paisanos por la calle"

"No sé si nuestra sociedad es única, pero sí es diferente, porque ninguna otra entidad del concejo tiene nuestra historia y repercusión"

La presidenta de Los Humanitarios, Esperanza del Fueyo. FERNANDO GEIJO

Hace cincuenta años que un grupo de hombres, cuentan que unos veinte, se reunieron en el bar de Gésima de Moreda de Aller (en un edificio frente a la iglesia de la localidad). El objetivo: potenciar la fiesta de Los Humanitarios de San Martín, entonces reducida a una multitudinaria comida en un local. ¿Lo consiguieron? Parece que sí. La celebración de Los Humanitarios (la fiesta de San Martín para los vecinos del concejo), declarada de interés turístico nacional, celebrará su 50ª. edición el próximo viernes. Cerca de un centenar de agrupaciones folclóricas, bandas y "Xandes" (carrozas) llenarán las calles de Moreda con el sabor de la sidra, el olor de las castañas y el tacto del terciopelo del traje. Es la fiesta del otoño asturiano por excelencia y Esperanza del Fueyo, presidenta de la Sociedad, avisa de que este año será más grande que nunca.

-¿Todo listo para esta nueva edición?

-Estamos trabajando ya en los últimos flecos. Queremos que sea especial, son cincuenta años de la celebración, que no de la Sociedad. Antes, los fundadores de Los Humanitarios la entendían de otra manera. Se sentaban a la mesa. No en vano, estamos reconocidos como la cofradía gastronómica más antigua de Europa que aún existe. Ellos entendían que su labor no era únicamente la solidaridad sino también velar por las tradiciones. Luego la fiesta salió a la calle.

-¿Recuerda las primeras ediciones de la fiesta de San Martín?

-Yo era una "chavalina" entonces. Cuando empezó aquella fiesta sólo veías a paisanos por la calle. Lo que hacía mi pandilla era ir detrás de ellos para aprender cómo hacían las cosas, cómo se divertían. Era un poco raro, pero íbamos (ríe). Recuerdo con mucho cariño que cogíamos a última hora de la tarde un caldero de porcelana y una garcilla. Los bares nos lo llenaban de cerveza y casera. La gente ya estaba a aquellas horas algo marchosa y tenía mucha sed. Íbamos por la tarde a la plaza de la Iglesia, cuando se iba a hacer la danza, poníamos el caldero en el medio y los paisanos cogían de vez en cuando la garcilla. Andábamos así y fijándonos en lo que hacían aquellos hombres, los que presidían entonces esta Sociedad.

-¿Se mantiene el espíritu de aquellos años?

-En lo esencial sí, pero hay detalles que echo de menos. Recuerdo cómo bajaban los vecinos de los pueblos, con las madreñas, y se ponían a bailar "a lo suelto" en la plaza de la Iglesia. ¿Sabes qué espontaneidad? A mí me encantaba el baile y me fijaba para aprender. Eso se ha perdido o, por lo menos, ya no es tan frecuente en la fiesta.

-Este año perdieron a uno de esos hombres pioneros y "Puyaor de Honor" de la fiesta, Caneco, ¿notan su ausencia?

-Claro que se nota. Recuerdo cada día cómo me enseñó Caneco a amar esta Sociedad. Aparte de que siempre transmitía el dinamismo, tenía el alma humanitaria. Y esa broma fácil, el saber conectar con la gente. Siento muchísimo su pérdida. Me alegra el haberlo nombrado "Puyaor de Honor" y hacerle un reconocimiento antes de que nos dejara, eso es lo único que me consuela un poco. Porque aquel día lo disfrutó a tope. Esta Sociedad tuvo muchos hombres y mujeres que lucharon tanto por ella... Pero, en ese sentido de dinamismo y de sentir el carácter humanitario, nunca habrá otro como Caneco.

-¿A quién dedican Los Humanitarios esta 50ª. edición de la fiesta?

-A todos los que la han hecho posible. A los presidentes de la Sociedad que me precedieron. También a todos los hombres y las mujeres que tanto trabajaron, a los gaiteros, a todos los músicos, a los pintores de los carteles, a los periodistas y fotógrafos que difunden y difundieron esta celebración. A todos los socios. Mira, es que es algo tan grande, que yo hay veces que me pregunto que qué hago yo aquí. Les "Xanes" y, por supuesto, Les "Xandes" (carrozas del desfile) que hacen posible que Aller tenga un esplendor cada 11 de noviembre que no tiene otros días.

-¿Quieren mucho los alleranos a San Martín?

-Dice el himno de la Sociedad "Que viva San Martín, que ye'l nuestru patrón". Y yo creo que sí, que así se siente en todo el concejo. Porque no es sólo la fiesta. Cuando hay una convocatoria sea por la circunstancia que sea, siempre tenemos una respuesta magnífica. Da igual lo que se pida, recogida de ropa, de productos de aseo, de comida no perecedera. Y no sólo cuando lo pedimos, hay gente que está preocupada porque no nos falte comida para ayudar a los vecinos. La prueba es que, todavía antes de ayer, nos enviaron unos carros de comida tremendos para colaborar con nosotros. Y la gente te para por la calle para darte una colaboración. Todo eso va implícito en lo que es la Sociedad Los Humanitarios de San Martín. Eso es el verdadero espíritu humanitario.

-¿Es una Sociedad única?

-Única no sé pero, sin desmerecer a nadie, es diferente. Lo que es nuestra historia y repercusión, no la tiene ninguna otra entidad del concejo. Pienso que eso nos distingue. Ahora bien, quiero dejar claro que todos los trabajos que se hacen en las entidades por poner en valor el concejo son merecedoras de un gran agradecimiento. Porque todos perseguimos lo mismo, dar vida y dinamismo al municipio. Eso no tiene precio, eso no lo paga el dinero.

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