Está en el yunque que machaca "Romancero gitano". O en el dolor que recorre las venas de "Bodas de sangre". Los actores Carmelo Gómez y Emi Ecay se han propuesto "redescubrir" la obra de Federico García Lorca con un nuevo taller de teatro, que estos días se imparte en Mieres con una veintena de alumnos. Un ciclo de "master class" que recorrerá escenarios de todo el territorio nacional, pero con parada importante en las Cuencas. A Gómez y a Ecay no se les ocurría un lugar mejor para encontrar esa nueva visión, virgen y que romperá moldes, sobre la obra del poeta y dramaturgo granadino: "Lorca arrancó su trabajo de la tierra, igual que los mineros arrancan carbón", afirmó Gómez.

El taller empezó ayer en el Auditorio "Teodoro Cuesta", pero la selección arrancó mucho antes. A la convocatoria del curso se presentaron medio centenar de personas, entre las que Carmelo Gómez y Emi Ecay seleccionaron a veinte: un grupo heterogéneo, en el que actrices y actores consolidados comparten escenario con auxiliares de enfermería o docentes. Algunos viajaron para el curso desde su Madrid natal o de adopción. Otros son caras conocidas, como la actriz mierense Eliana Sánchez y Fran Sariego.

¿Qué tienen en común los alumnos? Que emocionan o, al menos, parecen capaces de emocionar al público. Y es que, como les explicó Carmelo Gómez una vez sentados entre bambalinas: "No hay que quedarse en las palabras, importa el sentimiento. Buscamos un objetivo mayor que el que tienen las palabras". Pero antes de llegar a esa parte de la clase, en la que todos estuvieron sentados frente a sus textos, tuvieron que trabajar duro sobre el escenario. Carmelo Gómez se ocupa del programa sobre las tablas y Emi Ecay está más centrada en el apartado pedagógico, de docencia y dirección. "Queremos desmontar la experiencia para posicionarnos en un lugar de búsqueda", destacó la actriz.

"El trabajo será muy físico", avisó, ya antes de empezar, Carmelo Gómez. Edmund Jacobson, creador de la relajación progresiva, basó buena parte de su carrera en la teoría de que una mente estresada no puede habitar un cuerpo relajado. Así que los participantes en el taller de teatro empezaron la clase de ayer con estiramientos, relajaciones y entrenamiento de la voz.

El escenario del Auditorio "Teodoro Cuesta", cerrado al público, cambió la interpretación de escenas por una clase de relajación colectiva. Buena forma de entrenamiento para el trabajo que tienen esta semana por delante. Gómez explicó que la programación versará, principalmente, sobre dos textos de Lorca: "Romancero gitano" y "Bodas de sangre". La primera más para el trabajo docente y la segunda dedicada a la interpretación de escenas: "Esta última es la obra de Lorca más sangrienta, en el sentido de que la sangre es muy medular en el transcurso de lo que realmente fue esa guerra que vivimos y que creó esas 'dos Españas'", destacó el actor.

Con el cuerpo relajado, llegó la hora de empezar a moverse por el escenario. El primer trabajo que propuso Carmelo Gómez fue un "role play": cada participante contaba a otro quién era, qué hacía y por qué había decidido acudir al taller. Primera parte, sobre las tablas. Luego, entre bambalinas, los alumnos tomaron asiento y tuvieron que presentarse como si fueran su compañero. Otro entrenamiento, esta vez mental, antes de enfrentarse a los textos de Lorca.

El trabajo de los alumnos para el taller con Carmelo Gómez y Emi Ecay también empezó hace ya unas semanas, cuando recibieron por correo unos textos para trabajar sobre ellos. "La Reyerta" ("Romancero gitano") fue uno de los textos más repetidos. En la mesa lo leyeron y releyeron, hasta encontrar cada idea oculta de Federico García Lorca. Con la interpretación ya clara, con las emociones a flor de piel, culminaron la primera clase con una actuación sobre las tablas.

¿Por qué Lorca? La pregunta flotaba en el aire. "Lorca nos eligió a nosotros, no elegimos nosotros a Lorca", aseguró Gómez. Pero no quieren un Lorca folclórico, quieren ese Lorca "que encontró una manera de seguir adelante en un camino que estaba destrozado", señaló Ecay. Grandes remedios para grandes males porque, reconocen, el oficio no pasa por su mejor momento. Seis días para aprender la guía de superación que les legó Federico García Lorca.