El misionero salesiano Alejandro León Mendoza lleva más de un lustro en Damasco (Siria). Es Ecónomo Inspectorial (cargo similar al coordinador) de la comunidad salesiana del Medio Oriente. Llegó cuando el conflicto estaba a punto de explotar y ha visto con sus ojos escenas de auténtica violencia, ha experimentado el dolor que deja cada muerto y ha sentido la impotencia de la población civil. El misionero ofreció ayer en Mieres la conferencia "Huyendo del terror", que abrió la XIII Semana Solidaria de la Fundación Juan Soñador. "Somos peones en un ajedrez macabro, la guerra tiene que terminar", explicó ante el público en la Casa de Cultura.

De todas las escenas que ha vivido, hay una que se repite con cada ataque. "Resulta desgarrador ver cómo los niños sirios pueden distinguir qué tipos de misiles están atacado la ciudad sólo con escuchar su sonido. También dicen de dónde sale y dónde ha caído", señaló León Mendoza. Son críos de ocho o nueve años que, añadió el misionero, "no conocen otro mundo más que el de la guerra, nunca han vivido sin conflicto".

La situación en Siria va de mal en peor. "El conflicto se ha recrudecido mucho en los últimos meses, especialmente en Alepo", destacó León. La ciudad es un "trofeo" para los bandos enfrentados: "Hay la creencia de que quien tome Alepo, ganará la guerra". Las cifras oficiales apuntan a 300.000 muertos sólo en Siria, sin contar los que han perdido la vida intentando huir del horror. "Huyen sobre todo las familias, que quieren dar una oportunidad a sus hijos, es lo que les mantiene vivos", destacó ayer el salesiano.

León Medoza percibe que, a nivel social, "hay una buena concienciación y preocupación sobre este problema". "No ocurre igual con los que mandan, que no están gestionando bien esta crisis humanitaria", añadió. Y da tres claves que deberían de cambiar: la primera, el bloque económico a Siria porque "ese bloqueo no lo sufren los guerrilleros, ni los mandatarios, lo sufre el pueblo".

Los otros dos pilares se centran en la gestión de los refugiados. El misionero criticó que no se hayan articulado vías legales para que los sirios puedan abandonar su país ajustándose a la legislación: "Es imposible para un ciudadano que pueda comprar un billete de avión y viajar, para llegar a Alemania, a Grecia o a cualquier otro país de Europa tiene que arriesgar su vida y la de su familia", explicó. El acogimiento de refugiados es necesario, pero, apuntó León Mendoza, no es más que "una tirita".

La solución "real" es que la guerra termine. "Hay mucha gente que no quiere dejar su país y están dispuestos a trabajar por reconstruirlo, a pesar de todo lo que han sufrido", sentenció. Prefirió no hablar de política, pero hizo un llamamiento internacional: "Deben cesar las fuerzas hostiles de otros países y aplicar una mediación, porque la guerra no se terminará sin ayuda. Hay que abandonar el egoísmo y los intereses y permitir que cese el sufrimiento de tanta gente".

Hoy, a las siete y media, se celebra la mesa redonda "A orillas del Mediterráneo", en la que participarán Fernando Bermúdez López, defensor y promotor de los Derechos Humanos; y un representante de Accem Asturias.