"Me ha cogido totalmente por sorpresa". Así pilló en la mañana de ayer la noticia de que había repartido 1.050.000 euros en premios a Indalecio Blanco, el vendedor de la ONCE que tiene su puesto en el quiosco instalado en el cruce de las calles Gregorio Aurre y Celestino Cabeza. "Ya había dado algún premio antes, pero no tanto como esta vez", expresaba, alegre, Blanco, una persona muy conocida en todo Langreo por ser un reconocido montañero, pese a su discapacidad.

El número premiado fue el 68.149. Indalecio Blanco vendió 30 cupones, cada uno de ellos con un premio de 35.000 euros, sobre todo "pienso que a clientes habituales, que son los que suelen comprar el cupón por semana". Normalmente, el vendedor langreano siempre mira qué número ha tocado antes de acostarse. Sin embargo, la noche del martes fue una excepción. "Siempre miro el número, pero esta vez no lo hice, no por nada especial, pero no lo comprobé", explicó Indalecio Blanco. Ayer por la mañana le sonó el teléfono, atendió la llamada y "era uno de mis compañeros, dándome la enhorabuena. Yo no sabía nada y me cogió completamente por sorpresa". Luego le llamaron desde la propia ONCE, "felicitándome".

Para un vendedor, expresó Indalecio Blanco, "es muy satisfactorio saber que se ha podido repartir suerte entre la gente a la que sueles vender el cupón". Una parte de los treinta boletos premiados con 35.000 euros los vendió en el quiosco en el que se encuentra, en pleno centro de La Felguera, junto al parque Dolores Fernández Duro y en plena zona de ocio del distrito langreano. Otros "me parece que los pude repartir en el Bar Vicente, pero no estoy seguro del todo", apunta el vendedor. Mientras habla, conocidos y personas que trabajan en la misma zona se acercan para felicitarle. "Ya era la hora de que repartieras suerte", le comentan, entre sonrisas.

Indalecio Blanco es, además de por su profesión, vendedor en pleno centro de La Felguera, muy conocido por su pasión: el montañismo. Con una discapacidad del 66%, consecuencia de una parálisis cerebral, tiene problemas de movilidad en sus cuatro extremidades. Eso no ha impedido que pudiese escalar Torrecerredo, el pico más alto de Asturias, o incluso el Mont-Blanc, la montaña más alta de los Alpes y de la Europa Occidental.

Aconcagua

En 2002, Blanco estuvo a punto de coronar el Aconcagua, el techo de América (6.959 metros de altura). Se quedó tan sólo a 350 metros de lograrlo y fueron las inclemencias meteorológicas de última hora las que lo impidieron. En 2014, volvió a intentar subir esta montaña de los Andes. Lo hizo en una expedición de carácter solidario, para cuya financiación se recogieron todo tipo de ayudas y cuyos beneficios fueron a parar a la ONG "Mensajeros de la Paz". En la expedición, además del propio vendedor de la ONCE langreano, estaba la alpinista Rosa Fernández. El objetivo final, subir al Aconcagua, no pudo cumplirse, y otra vez fue por culpa del mal tiempo. Pese a todo, a su vuelta a Langreo, Indalecio Blanco, junto con los demás integrantes de la expedición, recibió el cariño de sus vecinos con una serie de actos de reconocimiento.