Los locales del Círculo Aeronáutico "Jesús F. Duro" de La Felguera acogieron la conferencia que con el título "Volando sobre el Cantábrico" que ofrecieron los pilotos gijoneses Manuel Antonio Díaz "Toni" y Arturo Piñol. El acto fue organizado por el propio Círculo Aeronáutico en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas y congregó a numeroso público, ávido por conocer de primera mano la aventura que Díaz y Piñol vivieron en octubre, cuando cubrieron en línea recta la travesía entre Asturias y el aeropuerto de la localidad inglesa de Newquay. Se trata de un viaje inédito tanto por la ruta (lejos de la costa y de los puntos de navegación marítima) como por el aparato elegido.

Toni Díaz atesora un extenso currículum como piloto comercial y director de Falcon Air Academy. Tomó la palabra para relatar como "el pasado cuatro de octubre salimos de Asturias a bordo de una pequeña avioneta de un solo motor, con la idea de cubrir más de 800 kilómetros volando sobre el Cantábrico y el canal de La Mancha". El piloto explicó que utilizaron "una avioneta Socata de 34 años de antigüedad, monomotor de pistón y una autonomía de seis horas" y subrayó la colaboración del Ayuntamiento de Gijón y el Centro de Salvamento Marítimo que "nos prestaron la balsa salvavidas que llevamos, balizas de seguimiento y los trajes secos que utilizamos durante nuestro viaje de ida". Y es que, una de las mayores preocupaciones de los protagonistas del vuelo fue su seguridad, ya que, según expresaron "antes de volar, calculamos cuánto tiempo podríamos resistir flotando en el mar en el caso de que algo fallase y fuimos conscientes de que si ocurría un percance y caíamos al agua, estaríamos perdidos si en dos horas nadie acudía en nuestra ayuda". Díaz narró detallada y gráficamente el transcurso del vuelo y la parada técnica que llevaron a cabo en la isla francesa de Ouessant, popularmente conocida como "Isla Mujeres". Expuso que "empleamos en total cuatro horas y cuarto en llegar al aeropuerto de Newquay, muy cerca de Plymouth".

Acogida

"Fuimos muy bien acogidos por los ingleses, que se mostraron sorprendidos al conocer la ruta que habíamos hecho y ver el aparato que llevábamos" continuó relatando Díaz, al tiempo que manifestó que "dormimos allí y al día siguiente se retrasó mucho nuestra salida debido a problemas administrativos que nos obligaron a emprender la vuelta con tres horas de más sobre la hora prevista".

Arturo Piñol, piloto y técnico superior en Telecomunicaciones es el otro protagonista de la aventura. Jugó un destacado papel en la preparación del viaje, ocupándose de estudiar la meteorología y las condiciones de vuelo para las fechas previstas. Piñol señaló que "si bien habíamos pensado regresar siguiendo la costa francesa y haciendo una parada en San Sebastián, nos encontramos con que el viento soplaba de cara con gran fuerza y parecía querer llevarnos de frente a Asturias por lo que decidimos volver a cruzar por la ruta de ida".

Así pues, según enfatizó Piñol, "cruzamos dos veces el Cantábrico y el Canal de la Mancha y pasamos por tres espacios aéreos en apenas dos días". Ambos pilotos resaltaron su intención de divulgar su aventura y pusieron de manifiesto que "queremos dar a conocer Asturias y su relación con la aviación de Inglaterra y Francia" al tiempo que señalaron que "vivimos una experiencia única e inolvidable, que ha sido un privilegio tanto en lo profesional como en lo humano".