El instituto Bernaldo de Quirós ha dado cobijo durante el último medio siglo a una prolífera actividad cultural. Los gruesos muros del palacio de Camposagrado, sobre el que se edificó el centro, están impresos con el eco de las enriquecedoras reflexiones de Alberti, Cela o Gala. El genio y temperamento de estos y otros maestros de las letras han dejado una herencia oral intangible que, por etérea, casi ha caído en el olvido. La inclinación del instituto mierense por el buen trato a la cultura también se ha materializado en un patrimonio mucho más patente. La valiosa pinacoteca que a principios de la década de los setenta comenzó a dar forma Carmen Díaz Castañón es hoy en día una joya artística de gran valor.
Quienes visitan el centro se quedan sorprendidos al encontrarse con una colección integrada por 226 obras de diferentes estilos. Pedro José González-Trevijano, magistrado del Tribunal Constitucional, ha sido el último en rendirse ante la riqueza que atesora el instituto. "Se trata de un recopilación única dentro de la red educativa española", destacó el que fuera rector de la Universidad Rey Juan Carlos.
La dirección del Bernaldo de Quirós, con Ana Esther Velázquez al frente, pretende dar una mayor visibilidad a una colección que durante mucho tiempo ha sido una gran desconocida para la sociedad mierense. Las jornadas de puertas abiertas que organiza el centro, la última celebrada esta misma semana, buscan proyectar fuera de las paredes del complejo educativo el valor artístico de su pinacoteca. Esta iniciativa surgió también como un gesto de rechazo al proyecto que manejan el Principado y el Ayuntamiento para el traslado de parte de la muestra a las clausuradas instalaciones de la Casa Duró, medida que no cuenta con el apoyo de la comunidad educativa.
El valor del conjunto
Las obras de arte del Bernaldo de Quirós, por separado, no tienen gran valor. Lo que le imprime su atractivo es la composición del conjunto: "Representa bastante bien todos los estilos artísticos desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Tan sólo hay algún pequeño vacío en lo referente a los años sesenta, pero es una colección muy completa y compacta. Tiene un sentido muy redondeado", señala José Carlos Sánchez, profesor de historia del arte. Y añade: "El centro cuenta con una obra gráfica muy interesante,". Y es que en las paredes del Bernaldo de Quirós hay colgadas de serigrafías de Saura, Barjola, Chillida, Torner, Mompó, Tápies, Navascués, Lucio Muños, Quetglas, Orlando Pelayo, Guinovart o Mompó. La última adquisición del instituto ha sido la obra "Lunas de Brasil", del artista Juan Francisco Pro. La plancha, realizada en 2010, ya está colgada en el acceso a una de las tres salas de exposiciones del centro. "El renombre que tiene la pinacoteca hace que muchos artistas muestran interés por estar presentes en la misma; de alguna manera se puede decir que se autoalimenta", destaca Ana Esther Velázquez.
