Existe un lugar en Vizcaya llamado Ugao Miravalles, no lejos del mar Cantábrico, ubicado en un valle surcado por un río, el Nervión, unas condiciones geofísicas similares a las del Miravalles allerano, en Soto de Aller. Y sobre ambos Miravalles versó la conferencia organizada en el Centro Cultural de Moreda, con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas, en la que intervinieron el etnógrafo e investigador vasco Iñaki García Uribe y el escritor e historiador local Guillermo Fernández Lorenzo, con la presencia de Francisco Velasco, concejal de Educación y Cultura de Aller.

Lorenzo presentó a García Uribe, "especialista en la historia del montañismo vasco, articulista, documentalista, habitual de programas de radio y televisión, profundo conocedor de la historia y costumbres vascas".

García Uribe, que leyó un saluda del Alcalde de Ugao Miravalles, realizó una exposición descriptiva de la localidad, una de las 21 villas existentes en Vizcaya -la única ciudad es Orduña-, ubicada a 14 kilómetros de Bilbao, y cuyo nacimiento y evolución quedaron determinados por la oposición de la villa de Bilbao a que ninguna otra localidad próxima pudiera restarle importancia comercial. Ugao (boca de agua) adoptó el nombre de Villanueva de Miravalles en la Carta Puebla fundacional de 1365, nacimiento de la villa, que se demoró dos años por las reticencias bilbaínas. "A partir de ese momento, Miravalles pasa a ser el lugar de referencia de la comarca de Ceberio y se puebla rápidamente con los aldeanos de las zonas próximas, que encuentran en la nueva villa mayor seguridad y protección", explicó el etnógrafo vasco, que manifestó que "de los Miravalles que hay en España y en América, el más importante es el de Soto de Aller". "Seguramente, si se excavara en Soto, se hallarían los restos del antiguo templo", afirmó García Uribe, para el que la imagen de la Virgen de Miravalles, que da el pecho al Niño, "es una joya y una rareza".

A continuación, el conferenciante desarrolló la historia de Ugao Miravalles, deteniéndose en los tiempos de la industrialización del siglo XIX y la construcción del Cinturón de Hierro de Bilbao en 1937, como sistema de defensa contra las tropas nacionales. "Ugao Miravalles pasó de 450 habitantes en el siglo XIX a 4.500 en el XXI, en gran medida por la inmigración llegada de Andalucía, Extremadura y Galicia como mano de obra para la siderurgia y su industria auxiliar, así como para la minería del hierro. Hoy, el 70 % de la población es inmigrante o descendiente de inmigrantes, lo que nos aporta una gran riqueza cultural", expuso García Uribe, que afirma que "a pesar de lo que digan, hay pruebas históricas de que los vascos también fueron romanizados".