La Asociación Mierense de la Cocina Solidaria (Amicos) es quizás uno de los colectivos sociales con más nombre y peso en la sociedad mierense. Acreedor de varios galardones, el colectivo está ultimando la construcción de su nuevo comedor social, en la placina de Santa Marina. Unas dependencias que le permitirán llegar a duplicar su capacidad actual, pudiendo dar de comer a casi 60 usuarios si fuera necesario. En todo caso, desde la asociación esperan no tener que llegar a esa cifra.

El presidente de Amicos, Carlos Muñiz, explicó que las obras de construcción de la nueva sede "marchan a buen ritmo", y las previsiones pasan por terminar, incluso con el equipamiento incluido, durante este presente mes de diciembre. "No creo que podamos llegar a inaugurarlo antes de final de año, lo más probable es que sea en enero", señaló el responsable de la asociación. "Es un local que va a mejorar mucho la calidad del servicio, y vamos a pasar de los treinta puestos de comida actuales a casi sesenta, aunque esperamos no tener que llegar a ese volumen de atenciones", señaló Muñiz.

Los obreros continúan trabajando en un local cuyas obras arrancaron el pasado mes de julio. Amicos llevaba tiempo trabajando en trasladarse desde su actual ubicación, en la calle Clara Campoamor, a unas dependencias mayores. Primero, lograron la cesión del local de la placina de Santa Marina. Posteriormente llegaría el trabajo más costoso, el de obtener financiación para construir el nuevo comedor. Y como agua de mayo llegó la donación de 43.500 euros que aportó al proyecto la empresa Ferrovial, a través de la ONG World Vision. Un impulso fundamental para completar una financiación que elevará el proyecto por encima de los 100.000 euros, y que también se financia con fondos propios y con las aportaciones de otros premios que ha logrado la entidad, además de donaciones de otras entidades como Caja Rural.

La actividad de Amicos ha venido creciendo durante los últimos años, sobre todo a raíz de la crisis económica general y la endémica que afecta directamente a las cuencas mineras, que padecen de vivir una doble recesión. Prueba de ello es que en el último lustro, Amicos ha pasado de servir menos de 6.000 menús anuales a sobrepasar los 8.000 usuarios. Con este nuevo comedor, el colectivo podrá atender de una forma más cómoda a sus usuarios, así como disponer de nuevas dependencias, como almacenes o sala de reuniones o talleres.