La fusión "encubierta" que está acometiendo la Consejería de Sanidad, según los sindicatos, ya está pasando factura a los pacientes del área del Caudal. La junta de personal asegura que, en el próximo año, se verán afectados más de 3.000 pacientes. A los desvíos para la graduación de la vista al Sanatorio Adaro, se suman derivaciones para operaciones y análisis de muestras en laboratorios privados.
Los portavoces sindicales aseguraron que "en el Consejo de Salud de Área de este año, órgano que cuenta con la asistencia de representantes de los trabajadores, políticos de todos los ayuntamientos afectados y asociaciones de usuarios, se anunció que los pacientes que precisen revisión oftalmológica (graduación de la vista) serán remitidos al área sanitaria de Langreo". Según la previsión de la gerente, afirmaron desde las centrales, "la medida afectará a entre 2.000 y 3.000 pacientes anualmente". "Afirma que no hay sitio en el área de la comarca para realizar tales consultas y así se aligeraría la lista de espera en el Álvarez-Buylla", añadieron.
La junta de personal no acepta estas explicaciones. Según declararon, "es una actividad de no alta complejidad, coste reducido y numeroso índice de pacientes". "Se debe y puede realizar en nuestra propia comarca", afirmaron. Sólo así se evitará "el trasiego de ese abultado número de usuarios, muchos de ellos de avanzada edad".
El resto de medidas que denuncian también pueden acarrear consecuencias para los usuarios. Es el caso de 300 citologías, cuyas muestras se enviaron a un laboratorio privado: "Estas muestras podrían extraviarse por un fallo en la custodia", señalaron. Y en cuanto a las operaciones quirúrgicas, los sindicatos afirman que en los últimos meses se han derivado varias intervenciones de desprendimiento de retina.
