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El grupo granadino IPL presenta una oferta para hacerse con Mieres Tubos

La corporación andaluza, dedicada a sectores como el náutico, la construcción o la financiación, ya se ha reunido con la familia Uribarren

Las instalaciones de Mieres Tubos, en Sueros. J. R. SILVEIRA

El futuro de Mieres Tubos podría estar en tierras andaluzas y no porque la factoría se vaya a trasladar. El grupo granadino IPL Corporación ha mostrado su disposición a adquirir parte de la planta, en un acuerdo similar al que se planteaba con el empresario moscón Juan Antonio Fernández Coalla, que finalmente desistió de la compra de la empresa. La dirección de la fábrica mierense se reunión ayer con el comité de empresa para comunicarles los avances en una negociación que, pese a estar muy verde, ha generado expectativas entre la plantilla.

Fuentes sindicales consultadas señalaron que la familia Uribarren, propietaria de Mieres Tubos, se ha reunido recientemente con los responsables de la compañía andaluza. Un encuentro del que se desprendió que ambas partes estarían dispuestas a llegar a un acuerdo. En todo caso, todo quedó condicionado a la elaboración de un plan industrial y un plan social que guíe el devenir de la compañía mierense, que después de estar dos años parada, hace unas semanas que volvió a funcionar tras llegar a un acuerdo la dirección y los trabajadores.

El grupo granadino que opta a hacerse con el control de Mieres Tubos cuenta con más de medio siglo de bagaje empresarial. "IPL Corporación" se define a sí misma en su página web como una "empresa fundada en 1949 de ámbito familiar gracias al espíritu emprendedor de sus fundadores. El compromiso de las nuevas generaciones con el crecimiento y la expansión han logrado consolidar el grupo expandiendo y ampliando las empresas en distintos sectores industriales y comerciales. El inicio de la actividad empresarial de IPL Corporación y Grupo URBE comenzó en los sectores de la construcción, automoción y maquinaria, y hoy día es un referente en los sectores empresariales e industriales como la construcción, automoción, náutica, salones de juego, inmobiliaria, financiación privada y obras de arte.

La llegada de este posible inversor para la factoría de Sueros se produce después de un año especialmente convulso en el seno de la planta mierense, cuya viabilidad defienden a capa y espada trabajadores y sindicalistas. Ante la parálisis en la producción, que duró más de dos años, a comienzos del presente ejercicio la plantilla comenzó varias movilizaciones exigiendo al empresario Luis Uribarren, dueño de la planta, que tomase medidas. Las protestas llegaron incluso a la puerta de la misma casa de los propietarios en Vitoria. Sin embargo, no hubo ningún tipo de movimiento.

A mediados del verano, y tras varios meses de mediación incluso por parte de la Consejería de Industria del Principado, el empresario moscón Juan Antonio Fernández Coalla se interesaba por la planta y llegaba a un principio de acuerdo con la familia propietaria. Sin embargo, tras una auditoria, el asturiano descartaba hacerse con el control de Mieres Tubos, por discrepancias sobre la deuda real.

Este hecho, unido a los impagos de los salarios a la plantilla, llevó a una huelga indefinida justo cuando la planta se volvía a reactivar tras dos años parada. Finalmente, después de casi dos semanas de conflicto, se llegó a un acuerdo para que los trabajadores volvieran a sus puestos. Esta nueva oferta supone un balón de oxígeno para la moral de los trabajadores, que esperan que en esta segunda intentona se concrete el traspaso de poderes y una apuesta decidida por la firma radicada en Mieres.

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