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El acusado de matar a un perro en El Cantu denuncia que le hicieron chantaje

"Me dijeron que zanjábamos el caso si les daba 1.000 euros", aseguró el hombre, que defendió ante el tribunal que no había matado al animal

El mierense acusado de matar al perro de unos vecinos en la zona de El Cantu en enero de este año aseguró ayer ante el tribunal del juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo que le habían hecho chantaje. El hombre, que defendió su inocencia asegurando que no había matado al animal, afirmó que "me dijeron que zanjábamos el caso si les daba 1.000 euros, pero me negué".

La vista arrancó pasadas las nueve y media de la mañana. La abogada del acusado, que se enfrentaba a una pena de nueve meses de prisión por los hechos, pidió la absolución de su cliente argumentando que la acusación "está basada en conjeturas, porque nadie ha probado que mi cliente fuese el autor de los hechos". Y es que ni los testigos, ni los agentes de la Guardia Civil que prestaron declaración ayer pudieron afirmar que el acusado había matado al animal. Tan sólo dieron cuenta de que el perro estaba muerto, porque nadie, a excepción del autor, había visto morir al perro.

El acusado respondió primero a las preguntas del fiscal y aseguró que "no maté al perro". Admitió que estaba en el lugar de los hechos, donde acudía casi todos los días a dar de comer a sus animales. "Estaba en mi finca y vino un hombre a decirme que había matado al perro porque me había visto saltar la valla y entrar en su finca, pero no es verdad", declaró. Este hombre -con el que había mantenido una discusión días atrás por un asunto de lindes-, fue el que le pidió después 1.000 euros para dar por zanjado el asunto.

Tras el acusado, declaró el hombre que le había acusado de matar al animal, quien llegó escoltado por dos agentes de la Policía Nacional al encontrarse actualmente en prisión. El hombre afirmó que había visto al acusado saltar la valla, pero que no vio cómo mataba al animal. Aún así, mantuvo su acusación "porque no había nadie más allí". También negó que hubiera chantajeado al acusado. A esta declaración se sumó la de la dueña del animal, que no estaba en la finca cuando ocurrieron los hechos. La joven explicó que el acusado "primero me admitió que había saltado la valla porque se le había escapado un poni, pero después me dijo que no había entrado en la finca". Por último, intervinieron los dos guardias civiles que habían intervenido en el atestado. Ninguno de ellos pudo confirmar que el acusado había matado al animal, ya que no habían encontrado pruebas incriminatorias.

Una vez terminadas las declaraciones, tanto el Fiscal como la defensa presentaron sus conclusiones. El Ministerio Público se mantuvo en la teoría de que el acusado había matado al animal y que hasta ahora no había contado lo del chantaje, asumiendo que lo dijo para "poner en entredicho" la declaración de uno de los testigos. Por su parte, la abogada de la defensa pidió la libre absolución, destacando que la acusación "se basa en conjeturas y suposiciones, dando credibilidad a una testifical". La letrada afirmó que se estaba vulnerando el principio de presunción de inocencia y que se deban por probados hechos que no lo eran. "Se da por hecho que el perro murió allí, pero la Guardia Civil sólo acreditó que había un perro muerto allí, podría haberlo matado otro perro", fueron algunos de los argumentos de la abogada.

El acusado, por su parte, no utilizó la última palabra que le concedía la jueza para defenderse. El juicio quedó visto para sentencia.

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