El viejo cuartel de la Guardia Civil de Langreo sigue en pie y en un avanzado estado de deterioro dos años y nueve meses después de que dejase de prestar servicio. Hasta ahora las reclamaciones trasladadas por el Ayuntamiento para que se derribe el edificio no han dado su fruto al estar Sogepsa (Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo) y la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado (Giese), entidad dependiente del Ministerio del Interior, enfrascados en una batalla judicial por el convenio que ambos firmaron para la construcción del nuevo acuartelamiento. Ese acuerdo incluía la permuta del edificio que quedó sin uso y los terrenos adyacentes.

Sogepsa confirmó semanas atrás que ha iniciado los trámites para asumir la propiedad del viejo cuartel en cumplimiento del auto de la Audiencia Nacional que ratificaba la ejecución provisional de la sentencia dictada meses antes aunque está pendiente de que se pronuncie el Tribunal Supremo ante el recurso de casación presentado. El Ayuntamiento aguarda a que la sociedad regional culmine esas gestiones para remitirle el requerimiento en el que se le exigirá que rehabilite el edificio o lo derribe.

Dispondrá entonces de un plazo advirtiendo de que en caso de que no se cumpla será el Consistorio el que acometa la actuación pasando después los gastos a Sogepsa (de unos 50.000 euros). Ésta última es la opción que cuenta con más posibilidades dadas las últimas conversaciones mantenidas. Aunque si la entidad regional no se hiciese cargo del edificio en un breve periodo de tiempo el Ayuntamiento se dirigirá también a Giese, aseguró el Alcalde, Jesús Sánchez. "La resolución ya está preparada", añadió. Este será un requerimiento definitivo que tiene como objetivo "demoler el edificio en el plazo más breve posible", señaló el regidor. El ejecutivo municipal no está dispuesto a esperar más dado el estado de deterioro en el que se encuentra el edificio, ubicado en una calle que registra un elevado nivel de tráfico rodado y peatonal.

Los agentes de la Guardia Civil fueron trasladados definitivamente en marzo de 2014 al nuevo acuartelamiento aunque dos años antes el destacamento de Tráfico había tenido que ser reubicado en las oficinas de la Policía Local al no poder desarrollar su trabajo en las dependencias ante los desperfectos existentes. El nuevo edificio ya estaba terminado pero su puesta en servicio se demoró tres años ante las discrepancias entre Sogepsa y el Ministerio del Interior, los dos firmantes del convenio para la construcción del acuartelamiento ubicado en la calle La Unión. Ante los numerosos daños que registraba el edificio, incluso se tuvo que colocar una malla en las fachadas para evitar la caída de cascotes al suelo.

Ya han pasado diez años desde que Sogepsa y el Ministerio del Interior suscribieron el convenio para la construcción del nuevo cuartel de Langreo. La sociedad regional levantó el edificio, al que se trasladaron los agentes, pero las diferencias sobre la propiedad del acuartelamiento que ha quedado en desuso y sobre el pago del IVA de la obra mantienen a los dos firmantes enfrentados en los tribunales. Y el edificio ubicado en Langreo Centro no ha sido derribado aún.