El último pozo minero de Langreo ha dejado de sacar carbón. El pasado viernes -como antes había pasado en San Luis, Samuño, Fondón o Candín- la mina de María Luisa afrontaba su cierre técnico tras 158 años de actividad. En la mañana de ayer, unas doscientas personas se concentraron frente a la entrada del pozo, en Ciaño, para protestar por la clausura de la emblemática explotación y reclamar un futuro para el sector extractivo. Los yacimientos que no sean rentables deberán cerrar en 2018. La movilización fue secundada por IU, Somos, el PCE y el PCPE. Tras la concentración, los asistentes cantaron "Santa Bárbara bendita", la canción convertida en himno minero que ha hecho popular al pozo María Luisa en toda España.

El promotor de la concentración fue José Luis Sánchez Cuenya, secretario de Organización del sindicato de pensionistas de CC OO del Nalón; "Fue una iniciativa impulsada a nivel particular que empezó a sumar apoyos. Queríamos despedirnos de un pozo tan significativo como María Luisa y denunciar la falta de apoyos que tiene el carbón nacional. De los 18 millones de toneladas quemados el pasado año en España sólo tres fueron de mineral nacional". Y añadió: "El plan minero hablaba de que el sector tendría 4.496 trabajadores en el año 2018 con una producción autóctona de 5,7 millones de toneladas y se ha incumplido porque apenas hay 3.400, unos 1.200 de ellos en Hunosa".

La concentración contó con la presencia del alcalde de Langreo, Jesús Sánchez. "Con el cierre de María Luisa acaba la minería en Langreo y hay algunos que deben asumir esa responsabilidad porque son los enterradores del sector. Tienen nombres y apellidos políticos y son el PSOE y el PP. Sus políticas nos han llevado a esta situación. Querían cerrar la minería y hay que reconocer que lo consiguieron".

Apoyos

El Partido Comunista de España (PCE) de Langreo manifestó su apoyo a la protesta porque "el cierre del pozo María Luisa es un paso más en la hoja de ruta de un Gobierno que, por razones ideológicas fundamentalmente, ha decidido negarnos el pan y la sal. Llegó el momento de pelear por nuestro futuro; o lo hacemos nosotros o no lo hará nadie". Desde el PCPE criticaron, por su parte, que la clausura de María Luisa es "una de las últimas estocadas que recibe el sector minero".

En la explotación langreana, que al inicio de los años noventa, antes de la reconversión, tenía 1.600 trabajadores, apenas quedan 240. Serán todavía menos (medio centenar aproximadamente), a partir de las próximas semanas, una vez que el yacimiento ha culminado su cierre técnico y ha dejado de sacar carbón después de 158 años de actividad. La mayor parte de la plantilla actual será derivada a los tres pozos de Hunosa en activo.