La Federación de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias, que actualmente se ocupa de la gestión de las instalaciones del parador de Brañagallones, convertido en refugio desde el pasado mes de septiembre, quiere implantar nuevos sistemas energéticos que permitan la viabilidad económica de la explotación del inmueble. Además, la Federación también pretende que se permita el uso a los montañeros de un antiguo sendero ganadero, paralelo a la actual pista, como ruta alternativa para llegar desde Bezanes hasta Brañagallones. Las dos propuestas serán presentadas al Principado como propietario del refugio y como responsable de la normativa ambiental del parque de Redes.

La implantación de nuevos sistemas de energía para alimentar el refugio parte de la necesidad de reducir los elevados costes actuales de mantenimiento, según explicó Juan Rionda, presidente de la Federación de Montaña de Asturias. Los generadores consumen unos 40 litros diarios de gasoil para luz, agua caliente y calefacción, lo que supone un coste diario de 24 euros. "Es un gasto elevado que hace que sea poco viable a largo plazo. Estamos tratando de que se instalen generadores de bajo consumo como paso intermedio hacia la utilización de otros tipos de energía", aseguró Rionda.

Esos nuevos modelos de abastecimiento pasan, entre otras propuestas por la colocación de paneles solares y la instalación de una minicentral hidráulica que aproveche los cursos de agua de la zona. "Son ideas que se están barajando, pero también hay otras como acondicionar la chimenea para que, además de calentar el salón, también ofrezca agua caliente y calefacción en el resto del edificio", argumentó Rionda.

La otra iniciativa pasa por solicitar al Principado que permita el uso senderista de un antiguo camino ganadero que va desde Bezanes hasta Brañagallones. "Es un sendero que discurre por la margen izquierda del río Monasterio. Tiene 14 kilómetros, 4 más que la pista de montaña que se utiliza actualmente para llegar a Brañagallones desde Bezanes, y el desnivel es mayor. Tiene un gran atractivo para los montañeros y una belleza paisajística muy grande; por eso pretendemos que se pueda transitar", esgrimió Rionda.

La Federación de Montaña gestiona como refugio Brañagallones desde mediados de septiembre. El Principado desembolsó 50.000 euros para adaptar el equipamiento como alojamiento de senderista y montañeros, ampliando su capacidad, gracias al uso de literas, hasta las 41 plazas. Según el convenio, el Gobierno regional se ocupa de las obras necesarias que excedan al mantenimiento habitual, mientras la Federación se hace cargo de la gestión por un plazo de diez años prorrogable.

La historia

El primitivo refugio de cazadores de Brañagallones cambió de uso a finales de los noventa. En 1997 se hizo una remodelación completa, pero no sería hasta agosto de 2005 cuando el Principado firmó un contrato de explotación con una empresa del sector hostelero. El inmueble fue acondicionado para albergar un hotel con una categoría de tres estrellas. Sin embargo, la oferta como parador no llegó a despegar. El equipamiento sólo estuvo abierto cuatro años, lastrado por la escasa demanda de visitas y por los desperfectos que cada invierno se detectaban.

El Principado, como propietario del edificio, no pudo rescindir el contrato a pesar de que el parador estaba cerrado. Hubo que esperar hasta la extinción del compromiso con los adjudicatarios de la gestión, a finales del año pasado, para que se retomaran las negociaciones con la Federación.