La precaria situación del empleo en Asturias, en general, y en las comarcas mineras en particular, ha provocado que las pensiones y prejubilaciones sean el principal y, en ocasiones, el único sustento de un cuarto de los hogares asturianos. Así lo reflejaba la Federación regional de Jubilados y Pensionistas de CC OO en un informe de elaboración propia en el que ponía de manifiesto una situación preocupante. En el valle del Nalón, por ejemplo, las prestaciones sociales, entre las que se incluyen pensiones, prejubilaciones y prestaciones por desempleo, suponían a mediados del pasado año un 42% de las rentas. Una situación aplicable al Caudal.

Los datos del documento de CC OO revelaban que las pensiones suponen el 20,4 por ciento -más de una quinta parte- del producto interior bruto (PIB) de Asturias, donde la pensión media se sitúa en los 1.069 euros y el promedio de la de viudedad se coloca en los 708 euros, unas cifras por encima del promedio nacional. El informe también pone de manifestó el preocupante envejecimiento de la población. Con las cifras de CC OO en la mano, actualmente hay más de 220 personas mayores de 65 años por cada 100 jóvenes menores de 15 años.

La alta tasa de prejubilados de la minería dentro de las Cuencas supuso un colchón para atravesar la crisis en muchas familias. En bastantes casos, a pesar de tener a todos los miembros de la familia en el paro, la percepción de las prejubilaciones mitigaba una situación que en otras casas, sin embargo, era drástica al carecer de ese ingreso.

Sin embargo, la entrada en "caja" de muchos de esos mineros retirados anticipadamente ha recrudecido la situación, ya que las cifras del paro no han mejorado y el paso a la jubilación conlleva una importante merma en los ingresos.