Las obras proyectadas para la restauración del hábitat del urogallo en el parque natural de Redes y en el entorno de Ponga y Amieva han concluido. Esta actuación, enmarcada en el convenio de colaboración suscrito por el Principado con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para actuaciones de conservación de la Red Natura 2000, tenía un presupuesto de 492.942 euros. Los trabajos ya finalizaron aunque la recepción se producirá en el primer trimestre de este año.

El proyecto, redactado por la empresa pública Tragsa, se desarrolló en cinco montes de utilidad pública en la parte sur del municipio de Caso, limitando con la comunidad de Castilla y León. Abellar, Biforcos, Les Teyedes y La Fumiosa, Fabucado, Quexadorio y Llin de la Gobia y Reres. Incluyó plantaciones de especies arbóreas que tienen un papel importante en la conservación de éste ave y la realización de rozas para reducir la densidad del matorral así como recuperar pastos para evitar incendios.

También se arregló un muro en la pista de acceso a Brañagallones, en un tramo afectado por un desmoronamiento del muro que sostiene el camino. La reconstrucción de esta estructura facilitará las tareas de vigilancia de la guardería de la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Autóctonos y el acceso de los servicios de extinción de incendios. Favorecerá además a los ganaderos que utilizan estas zonas de pastizales.

Las administraciones central y regional llevaron a cabo una iniciativa que permitiría aumentar las conexiones entre las masas arboladas, con el fin de desarrollar un hábitat adecuado para el urogallo, en el que encuentre refugio, cobijo y alimentación. Las labores para mantener la estructura de los pastos de altura, otro de los apartados incluidos en el proyecto, se aplicaron en una superficie de 32 hectáreas.

En el parque natural de Ponga, las actuaciones se ejecutaron en la parte central y sur del concejo, en seis montes de utilidad pública. Peleño, Ardosil, Gallinar y Sierra de Cadenava, Cuenca, Faeda de Sobrefoz, Pedroso y Pierva. Todas estas obras se tuvieron que realizar en unas fechas que están fuera de los periodos críticos, que incluyen el del celo y la reproducción, para no afectar al ciclo biológico del ave y de otras especies. El convenio para actuaciones de conservación en la Red Natura 2000 fue suscrito en 2009 con una duración de siete años aunque con opción de prórroga.