"Me desperté porque mi hijo de 4 años no paraba de toser. Olía a humo y sentía como chisporroteos. Subí la persiana de casa y tenía las llamas a un metro de mí". Así relataba en la mañana de ayer Berto Castaño los tensos momentos vividos apenas unas horas antes, cuando el incendio declarado en el número 20 de la calle Marqués de Bolarque forzó el desalojo de una veintena de vecinos de sus casas en plena madrugada.

Castaño vive con su mujer y sus dos hijos mellizos, de cuatro años de edad, en un tercer piso: "La cocina y el salón dan a la casa que se quemó, una segunda planta. En ese edificio no vive nadie; es la antigua Casa del Pueblo y los locales se utilizan para alguna asociación, para dar clases particulares y como local de reunión de chavales jóvenes que van allí a ver la tele".

Sobre las 3.30 de la mañana, Castaño se despertó y fue a ver a su hijo, "que estaba tosiendo mucho, imagino que por el humo porque cuando me levanté ya noté que la casa olía bastante. Oí un ruido como de chisporroteo, como lluvia o cosas rompiéndose. Fue entonces cuando subí la persiana y vía que tenía las llamas a un metro de mí", relató Castaño, que añade: "Si no es por el chaval igual acabamos todos intoxicados por el humo".

La mujer de Castaño llamó al 112. "Cogimos a los críos y bajamos con lo puesto a la calle. Todos los vecinos nos fuimos picando unos a otros para avisar a la gente; algunos al principio no querían abrir porque a esas horas no te imaginas que pueda ser por algo así", apuntó este vecino de La Felguera, que precisó: "La verdad es que ha sido un susto grande. Afortunadamente no hubo heridos".