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La planta de combustión limpia de carbón más grande de España está paralizada

La Ciudad de la Energía de El Bierzo, que experimenta con la captura de CO2, se queda sin dinero La térmica de La Pereda sigue con su proyecto

La planta de investigación de captura y almacenamiento de CO2 de Cubillos del Sil. J. R. SILVEIRA

El Centro de Desarrollo de Tecnologías de Captura de CO2 de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), ubicado en El Bierzo (León) y llamado a ser un referente internacional en el campo del desarrollo de tecnologías para reducir la emisión de dióxido de carbono, se está muriendo y está prácticamente abocado al cierre. Lo denuncian algunos portavoces del comité de empresa y lo confirman los hechos. Sólo hay un proyecto de investigación en marcha, que terminará en unas semanas. Para el resto del ejercicio no hay nada previsto. Y de los 40 millones de euros que llegó a recibir en los Presupuestos Generales, en los últimos años ha obtenido una media de 150.000 euros. La envergadura de la instalación la hace difícil de mantener y, critican los trabajadores, "falta voluntad política" para seguir adelante. Caso diametralmente opuesto es el de la planta piloto que Hunosa tiene en la central térmica de La Pereda: con actividad asegurada hasta 2019 y en previsión de formar parte de un proyecto europeo para seguir avanzando en la investigación por las energías limpias.

La planta de Ciuden está ubicada en la avenida Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en Cubillos del Sil. Fue precisamente el expresidente socialista el que apostó por este proyecto, que se presentó como base para la diversificación de la zona: un lugar de referencia en el que investigar la captura de CO2, paso imprescindible para conseguir el "carbón limpio". "Se eligió el Bierzo para poner en marcha esta planta porque es un territorio que necesitaba alternativas a la minería", explica Ignacio Llavona, miembro del comité de empresa.

El plan parecía perfecto. El Bierzo podría sobrevivir al cierre de las minas convirtiéndose en el eje del desarrollo de las energías limpias. Ciuden nació al amparo de una generosa inversión de 96 millones de euros. También se puso en marcha una planta piloto para el almacenamiento de dióxido de carbón en Hotomín (Burgos) y otros planes de desarrollo de la zona, que abarcaban incluso proyectos turísticos. El grueso de las inversiones se produjo los años 2010 y 2011.

En 2011 también culminó la construcción de la planta de La Pereda. Un plan piloto, que nació de la mano de Hunosa y Endesa. Tras las primeras pruebas, empezó a capturar CO2 de forma experimental. Actualmente tiene dos proyectos en marcha: CaO2 ("captura de CO2 por carbonatación-calcinación con condiciones extremas de oxicombustión en el calcinador") y "Flexical" ("Desarrollo de centrales térmicas de carbón adaptables a la demanda eléctrica con captura de CO2 por carbonatación calcinación"). Hunosa tramita, además, su inclusión en un proyecto junto a otras plantas similares de toda Europa. Todos estos programas buscan, a través de las plantas piloto, las condiciones más idóneas para llevar a cabo la combustión y la captura de CO2. Quieren dar con la fórmula que permita capturar más gases y con los mejores precios.

Ese era también el objetivo de la planta de Ciuden. Antes de 2012, cuando empezó al caída, la Agencia Internacional de la Energía la calificó de "instalación pionera a nivel internacional". "Estaba dando muy buenos resultados", afirmó Llavona. Fue la primera planta del mundo en demostrar que es viable capturar CO2 a nivel industrial con la técnica denominada oxicombustión. En 2012 y 2013, aún con la drástica rebaja en la asignación de fondos, la actividad se mantuvo gracias a los proyectos ya iniciados y que seguían en marcha. Desde entonces y hasta 2016, la planta funcionó a medio gas y con proyectos contados con los dedos de una mano. Este año parece escribir el final: sólo hay trabajo previsto para unas semanas, y está prácticamente paralizada.

Respaldo político

¿Falta de voluntad política o imposible viabilidad? La magnitud de la planta de Ciuden puede ser ahora su castigo. La instalación de Hunosa tiene unos costes de investigación menores. Por su dimensión y la disposición de abastecimiento eléctrico propio, se gasta menos en energía, en repuestos materiales y consumibles. La versión de Llavona es que "queda mucha tecnología por desarrollar sobre la captura de CO2 y hemos demostrado que es técnica y económicamente viable". "Hay una clara falta de voluntad de la dirección y también del actual Gobierno, aunque no queremos que se nos identifique con ningún color político. Nuestro objetivo es que esta planta sobreviva y recupere su ejemplar actividad", aseguró Llavona.

La falta de proyectos en la planta es "la carencia más grave" de la Ciudad de la Energía, pero no la única. El vivero de Ciuden, puesto en marcha para la investigación de técnicas de recuperación de escombras y otros espacios deteriorados por la actividad extractiva, es ahora un centro de formación para desempleados de la comarca. Finalizada la obra civil del museo de la energía, tras una inversión de 33 millones, ahora no hay fondos para su equipamiento. "Se ha ido desinflando todo, pero no podemos permitir que se quede en nada", concluyó Llavona.

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