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Los MIR apuestan por Mieres

Cristina Villa y Arturo Rivera, médicos que están terminando su residencia en el Álvarez-Buylla, destacan la formación individualizada y de calidad que reciben

Arriba, Cristina Villa ausculta a Manuel Huelga en Caborana. SILVEIRA

La eliminación de la formación de Médicos Internos Residentes (MIR) en el hospital Álvarez-Buylla ha puesto en contra del Ministerio de Sanidad al Principado, al Ayuntamiento de Mieres, a los vecinos e incluso a los propios residentes. Estos últimos entienden que la cifra de partos no debería ser un criterio para dar o quitar una formación a un hospital comarcal, ya que, en el caso del centro sanitario del Caudal, sí asisten a alumbramientos al no haber residentes de la especialidad.

Una de esos ocho MIR que todavía resisten en el Álvarez-Buylla es Cristina Villa. Esta ovetense escogió completar los cuatro años de residencia en Mieres por recomendación: "Conocía gente que estaba realizando la residencia en ese momento y me comentaron que había buena formación, que los compañeros se preocupaban mucho de enseñar a los residentes y que tenías la oportunidad de ver y trabajar en muchas cosas que en otro sitio más grande no tendría". A día de hoy, sus aspiraciones se han visto satisfechas e incluso no duda en señalar que recomendaría a cualquier compañero elegir este centro de la comarca del Caudal para completar su formación de Médico de Familia.

Cristina Villa da una de las claves por las que los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria reciben una mejor docencia en el hospital comarcal del área sanitaria VII. "En un centro como el de Mieres, los MIR vemos muchas más cosas, porque el hecho de que no haya residentes de otras especialidades, nos permite asumir ciertas cosas que de otra manera no haríamos", señala la joven. Un ejemplo: si entrase por Urgencias un caso de cardiología en un hospital de referencia como el HUCA, los primeros residentes en tratarlo serían los de la especialidad de cardiología, además de su médico adjunto o incluso los de medicina interna. Y ya, en último lugar, los médicos de familia. En el caso del Álvarez-Buylla, al estar solamente MIR de Medicina Familiar, serían ellos directamente los que podrían analizar el caso. Lo confirma la doctora Villa: "Nosotros hacemos ciertas técnicas que en otro hospital haría el residente de la especialidad, como punciones lumbares o cosas así". "Si tienes ganas en un hospital comarcal puedes hacer casi de todo", señala, para agregar que "como solo estamos MIR de Medicina de Familia, cuando surgen cosas interesantes nos pueden avisar". En su caso, explica, "cuando hice rotación en Cirugía, además de con los cirujanos también estaba con los anestesistas y veía cosas que en un hospital grande con todas las especialidades no puedes hacer".

Esta joven, que en mayo acabará su formación, ya que está en su último año de residencia, ha vivido esta etapa entre los dos hospitales, además del ambulatorio de Moreda, donde está adscrita. Las diferencias entre los equipamientos de Murias y Santullano son evidentes, y radican, sobre todo, en las instalaciones: "Aquí tenemos muchas más herramientas y más espacio para trabajar, pero a nivel asistencial, en cuanto a la atención al paciente y a la forma de actuar, es similar", indica.

La doctora Villa no comparte la decisión de Sanidad de eliminar la formación MIR de Médicos de Familia en los hospitales comarcales que no lleguen a 500 partos anuales. "Se pierde mucho tanto a nivel de formación de residentes como a nivel sanitario", señala la joven. " Yo creo que no influyen tanto los partos al año, al fin y al cabo es solo un número", agrega. Pone su caso personal como ejemplo: "Cuando roté por la especialidad de Ginecología, pude ver varios partos y, además, al estar yo sola, tenía más atención y una formación más personalizada". "No creo que un número determinado de partos conlleve una peor formación", agrega.

Cuando en apenas tres meses, Cristina Villa termine su residencia, tiene claro que le gustaría quedarse en el área VII (Mieres, Aller y Lena) trabajando. "Estoy a 20 minutos de casa y, sinceramente, un hospital comarcal me parece mucho más familiar y el acceso a todo es más sencillo", confiesa.

Otro de los residentes a punto de finalizar su formación en Mieres es José Arturo Rivera, un mexicano que cuando acabó los estudios en su país, decidió venir a España a hacer el MIR. Su idea era quedarse en Madrid, que era lo que conocía, pero finalmente su destino fue Mieres. "En poco más de un mes ya me sentía como en casa y supe que iba a tener una buena formación", señala el doctor Rivera.

El joven, al igual que su compañera, señala que "se está muy bien aquí como residente de Medicina de Familia, ya que tienes la mayoría de especialidades que vas a tratar en tu profesión y la oportunidad de rotar por todos los servicios y verlo todo de primera mano". La visión del doctor mexicano es la misma que la de su compañera asturiana y coincide en que las oportunidades prácticas que ofrece un hospital comarcal no las puede dar uno de mayor tamaño: "Cuando te toca rotar por Cardiología, por ejemplo, ves a los pacientes con el especialista e incluso te dejan hacer técnicas como ecografías. En el caso de Cirugía, a mi me gustaba entrar al quirófano, incluso me dejaban hacer alguna cirugía menor". "En un hospital grande para un médico de familia es imposible", zanja.

José Arturo Álvarez está adscrito al centro de Salud de Figaredo, pero este mes, de rotación libre, ha elegido hacerla en Urgencias. "Hay cosas que ves en Urgencias del hospital que luego te van a servir para cuando estés en tu consulta como médico de familia, como códigos ictus o infartos, y te puede ayudar a dar un diagnóstico rápido", señala el doctor.

"Conoces a los especialistas, y no te quedas sin ver prácticamente nada. Es muy válido para la formación", insiste Rivera, que también rechaza que se elimine la formación de Mieres. No ven tan grave que no haya el número de partos establecido por dos motivos. El primero porque "los servicios que no hay aquí rotas en otros hospitales". El otro, porque en Mieres, aunque haya menos, también se ven partos: "En mi rotación con Ginecología vi partos y me consta que mis compañeros también".

Aunque el SIMPA afirma que el relevo de los médicos de familia peligra, si fuera por Arturo Rivera estarían asegurados. Al igual que Cristina Villa, también apuesta por quedarse en el área sanitaria del Caudal: "Ya conoces a la gente y sabes cómo trabajan y hay un ambiente muy bueno", finaliza el médico mexicano.

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