El gobierno de Mieres cercenó ayer de cuajo las esperanzas que aún pudieran mantener los trabajadores municipales ante la posibilidad de que los gestores de IU cedan a su reivindicación para recortar la jornada laboral hasta las 35 horas semanales, en vez de las 37,5 que establece la ley. El equipo de Aníbal Vázquez, tras recordar que el Ayuntamiento actúa por mandato judicial, reprochó a los sindicatos a una parte de la plantilla su actitud, afeándoles su comportamiento.

"Comprendemos la perplejidad de muchos vecinos porque parece que algunos sindicatos solo quieren respetar las sentencias cuando les supone un aumento de sueldo", señaló ayer el gobierno local. Los gestores de IU ven "kafkiano" que "los mismos funcionarios que tienen que aplicar la ley a los vecinos y que son los responsables de sancionarlos si la incumplen, pretendan ahora situarse al margen de la ley". "Lamentamos la imagen que se está proyectando de los trabajadores públicos y comprendemos el malestar de los vecinos, que son los que pagan las nóminas de los funcionarios con sus impuestos".

El gobierno local remarcó que IU está "a favor" de las 35 horas semanales, pero sus portavoces matizaron que no pueden incumplir la ley, "más cuando incluso tenemos una sentencia que obliga al Ayuntamiento, tras una denuncia de los sindicatos, a aplicar las 37 horas y media". Y añaden: "Una cosa es la voluntad de negociar y otra que se pueda saltar la ley a la torera, cosa que ni puede ni va a hacer el gobierno mierense".