Combatir las inundaciones, reducir la contaminación y, además, mejorar el entorno para hacerlo más atractivo. Estos son algunos de los beneficios de la infraestructura verde y la gestión del agua de lluvia, una mezcla de ingeniería civil y ambiental que defendió hace unos días en el campus de Mieres el profesor William F. Hunt, miembro del departamento de ingeniería biológica y agrícola de la Universidad estatal de Carolina del Norte (EE UU). El docente, que impartió una conferencia enmarcada en el ciclo "Aula Abierta", destacó que Asturias es una región "ideal para la puesta en marcha de proyectos con infraestructuras verdes".

El estado de Carolina del Norte es conocido, entre otras cosas, por sufrir fenómenos meteorológicos adversos. De hecho, como apuntó F. Hunt, "podemos sufrir tormentas huracanadas de 500 milímetros de agua en treinta horas", con lo que las inundaciones y otros problemas relacionados no le son ajenos. De ahí la necesidad de buscar medidas para combatir estos fenómenos que si bien no pueden evitar las inundaciones "sí ayudan a reducir sus efectos". La utilización de la infraestructura verde en este estado norteamericano supone, entre otras medidas, la introducción de vegetación y árboles en las calles. "Esto hace que los viales sean mucho más atractivos para los peatones, también se apuesta por reducir la velocidad de los vehículos, con lo que se reducen las emisiones de gases", recalca.

El profesor también aludió a otros ejemplos en el mundo de la utilización de infraestructura verde. Uno en Singapur, donde existe un parque al lado de un río. "Cuando llueve mucho y hay contaminación, se bombea el agua del río a un estanque, se filtra, y se devuelve limpia al río. Esto supone un servicio al ecosistema y además se crea una zona que es foco de actividad y reunión para la comunidad", destacó. Junto a Singapur, también se está trabajando en este tipo de infraestructuras en Suecia. En el país escandinavo "se utiliza un campo de fútbol que, cuando no llueve se usa normalmente para la práctica deportiva, pero cuando llueve se convierte en un depósito de detención que filtra el agua y evita que se produzcan inundaciones".

De momento, la utilización de infraestructuras verdes no es muy común, "pero llegará a ser más popular". De hecho, F. Hunt consideró la región asturiana como "ideal", debido a sus circunstancias meteorológicas. "Aquí también llueve mucho, y se podrían poner infraestructuras verdes para gestionar el agua de lluvia y, de paso, mejorar el entorno", apuntó. El profesor visitaba por primera vez el Principado, aunque ya tenía un amplio conocimiento de la región, sobre todo porque es colaborador del ingeniero de Caminos Luis Sañudo, profesor en la Escuela Politécnica de Mieres. Del Principado, aseguró, "me gusta todo, hasta la sidra".

No era la primera vez el profesor estaba en España, ya había venido hace unos años y destacó, sobre todo, "la amabilidad de la gente". Tras pasar unos días en Asturias, el profesor se trasladó a Sevilla antes de regresar a su país. "Voy a tener lo mejor del Norte y del Sur de España", dijo, con la esperanza de volver dentro de muy poco.