¿Qué tienen en común el arca de Noé, las pinturas rupestres, las ruedas de un coche y un transbordador espacial? La presencia del carbón. Así lo argumentó el químico J. Ángel Menéndez, investigador del Instituto Nacional del Carbón (INCAR) y socio promotor de la empresa Xerolutions, en la charla que ofreció en la mañana de ayer a los alumnos del instituto Jerónimo González de Sama. En su exposición, hilvanada bajo el epígrafe "El carbón en la vida cotidiana, de la pintura rupestre al ascensor espacial", Menéndez realizó un recorrido histórico por los diferentes usos que se ha dado al carbón y a sus productos derivados. De esta forma, el investigador aludió al coque, la brea, carbones vegetales y activos, la industria carboquímica, hollín, grafito, resinas, fibras de carbono o los novedosos compuestos de carbón utilizados en el campo aeroespacial y aeronáutico.

Menéndez, conocedor de que estaba en un territorio que ha basado su economía en el carbón durante el último siglo y medio, dejó claro el rumbo de la charla desde el principio. "Pensamos en carbón y se nos viene a la cabeza el mineral que sale de la mina para quemarse en las térmicas, pero existen otros muchos tipos", explicó para iniciar a continuación su exposición.

El viaje se inició hace 30.000 años, cuando el hollín pasó a formar parte de la paleta de colores de los primeros pintores rupestres. "Para realizar las pinturas, por ejemplo, de la cueva de El Pindal, se empleaban trozos de madera quemada, carbón vegetal, y también negro de carbón, lo que popularmente conocemos como hollín. Posteriormente, en la fundición del cobre y del hierro era necesario el carbón vegetal para conseguir un alto poder calorífico y los egipcios también utilizaban el hollín en sus jeroglíficos". Como curiosidad, Menéndez también indicó que Noé se sirvió del carbón y sus derivados cuando Yahveh le encomendó utilizar brea para calafatear el arca.

Hipócrates

La siguiente parada del recorrido fue la Antigua Grecia. "En el año 400 antes de Cristo, Hipócrates ya hablaba de filtrar con carbón el agua. Siglos después, en 1870, se utilizaba el carbón activo para purificar la cerveza. Tampoco hay que olvidar que el carbono es una parte importante en la composición de la pólvora desarrollada por los chinos", argumentó Menéndez.

El carbón y sus derivados también se cruzaron en el camino de inventores destacados como Thomas Alva Edison. "En 1881 utilizó hebras de bambú carbonizadas para los filamentos de la bombilla. Había probado otros 2.000 materiales previamente, pero se quedó con el hilo de carbón porque fue lo que dio mejor resultado".

"En los procesos industriales", prosiguió Menéndez, "el carbón tienen una gran importancia y no sólo en la obtención de energía por su combustión en las térmicas. El coque metalúrgico hace posible que se obtenga acero y se emplea grafito para moderar las reacciones nucleares en los reactores. Además, los xerogeles de carbono como los que nosotros utilizamos en Xerolutions, hacen posible acumular energía y recuperarla rápidamente".

La utilización de carbón activo en las plantillas antiolores de zapatos, el grafito en los lápices o el negro de carbón en el toner de impresoras fueron otros de los ejemplos presentados.