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Conflicto en la fábrica de pasarelas de aeropuerto

La plantilla de Thyssen endurecerá las protestas si no logra un nuevo convenio

Los trabajadores secundaron ayer los paros convocados por el comité de empresa ante la ruptura de las negociaciones por la subida salarial

Protesta de los trabajadores de Thyssenkrupp en Baiña

Protesta de los trabajadores de Thyssenkrupp en Baiña

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Protesta de los trabajadores de Thyssenkrupp en Baiña Julio Vivas

"Lo tenemos muy claro, si no alcanzamos un acuerdo con la compañía, endureceremos las protestas". Así lo afirmó ayer el presidente del comité de empresa de Thyssenkrupp Airport Systems en el polígono de Baíña, José Manuel Cima, de CC OO, durante uno de los seis paros de una hora que habían convocado. José Ignacio Santa Eugenia, representante de MCA-UGT dentro del comité de empresa, reafirmaba las palabras de su compañero y aseguraba "no vamos a parar".

Los paros en la fábrica de pasarelas de aeropuerto o fingers arrancaron ayer a las nueve de la mañana. Era la tercera jornada de protesta ante las desavenencias entre trabajadores y empresa por el convenio. Las negociaciones están rotas actualmente, ya que no hay acuerdo sobre la subida salarial, ni sobre la participación de la plantilla en los beneficios. Mañana jueves volverán a repetirse los paros parciales de una hora, dos por cada turno, que esperan contar con el mismo respaldo que hasta ahora.

La próxima parada en su protesta será el paro total, de 24 horas, que está programado para el próximo día 5. "Estamos abiertos a sentarnos a negociar, pero antes tienen que llamarnos", recalcó Cima. De hecho, en el caso de que haya algún intento por parte de la compañía de restablecer las negociaciones, las protestas podrían suprimirse. Pero también se endurecerán en caso contrario. "Cuando acabemos el paro del próximo 5 de abril nos reuniremos todos y plantearemos las medidas a tomar", destacó Santa Eugenia.

Medidas

La empresa, por su parte, también ha tomado sus propias medidas para evitar que los paros parciales le afecten de forma económica. Así, según señalaron algunos trabajadores, "se ha reducido la producción, y de este modo no afecta tanto que paremos de trabajar seis horas al día". De momento, sólo queda esperar a ver cómo evoluciona la situación. Los trabajadores ya están acostumbrados a movilizarse por la compañía. Hace unos años hicieron lo propio cuando se anunció que Thyssen había puesto la factoría de Baíña a la venta con la intención de alejarse del negocio de las pasarelas de aeropuerto. Finalmente dio marcha atrás a sus aspiraciones y confirmó que seguiría apostando por esta línea de negocio y con una visión de futuro.

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