La Federación Socialista Asturiana comunicó al alcalde de Aller, David Moreno, que tenía que dimitir "de inmediato", ayer, a las once de la mañana. Lo hace tras confirmarse la apertura de juicio oral por presunta prevaricación, a través de una carta firmada por Elsa Pérez, secretaria de Política Municipal de la FSA-PSOE. "Estimado compañero", empieza el texto. Así le comunicaron que el informe de los servicios jurídicos "pone claramente de manifiesto" que, según el auto judicial (por la apertura de juicio oral) y en base al código ético del partido, tiene que dejar el cargo y entregar el acta de concejal. Un acta que Moreno recibió por primera vez en 2003.

El regidor respondió a este nuevo órdago, más duro que el que ya le lanzó el jueves su propio partido, con voz más cansada pero sin cambiar el fondo: "No, no voy a dimitir. El PP quiere mi cabeza y que muera con fuego amigo", aseguró. Hacía así referencia a la denuncia que ha propiciado la apertura de este juicio oral, que ahora pone en jaque su cargo, por la presunta prevaricación en la asignación de subvenciones a una entidad deportiva para las actividades del polideportivo de Sotiello. Y fue más allá: "Yo soy inocente, no voy a dimitir. No dejaré de ser Alcalde aunque el PSOE me expulse". Añadió a renglón seguido que respetará la decisión que tome su partido, "aunque no la comparta", como también respeta "el trabajo de todos mis compañeros". El Fiscal solicita para él, también para Gabriel Pérez Villalta (su antecesor en el cargo), diez años de inhabilitación para empleo o cargo público.

El teléfono de Moreno no dejaba de sonar. Los medios de comunicación recibieron el escrito sólo un poco después de que él lo leyera. "Yo estoy escribiendo las alegaciones, pero no las haré públicas. Considero que es un proceso interno y que tiene que quedar en el seno del partido", afirmó el alcalde allerano. Sus alegaciones, en principio, se resumen en las mismas explicaciones que ha ofrecido públicamente: que, tal y como ya dictó el Tribunal de Cuentas, no hubo enriquecimiento personal ni malversación de fondos públicos. "Lo que hice fue ofrecer unos servicios municipales de la forma que resultaba más ventajosa para los vecinos del concejo", aseguró. Y añadió que "esto no es un caso de corrupción. Esto es un juego político del PP, y el premio que buscan es mi cabeza".

El informe emitido por los servicios jurídicos de la FSA es rotundo: "Lo único que podemos informar es que existe un auto de apertura de juicio oral por supuesto delito de prevaricación respecto del que tal resolución afirma que se concedieron unas subvenciones de forma ilegal a pesar de las advertencias o reparos por parte de la intervención y secretario municipales". La conclusión es que "es parecer de quien suscribe que los militantes del PSOE afectados por la apertura del juicio oral han de abandonar sus cargos conforme a las normas sobre ética o deontología de obligado cumplimento para todos los cargos".

No hay resentimiento hacia su partido, matizó David Moreno. "Ni lo habrá, yo entiendo que existe un código ético y respetaré lo que decidan, aunque no lo comparta", señaló. E insistió en que "el trabajo de mis compañeros merece el máximo respeto, pero aquí está en juego mi honradez. Y yo estoy completamente seguro de que soy inocente y, por lo tanto, no voy a dimitir de mi cargo". "Me educaron con unos principios y la dignidad es uno de ellos. Yo no robé, lo único que hice fue trabajar por mis vecinos". Y ellos, añadió a renglón seguido, "me eligieron en las urnas y no se merecen que deje la alcaldía".

El regidor allerano también lo dijo en el Pleno celebrado el jueves en Cabañaquinta. Justo el mismo día en el que se hizo pública, a través de LA NUEVA ESPAÑA, la apertura del juicio oral contra su persona. El portavoz del PP, Juan Antonio del Peño, pidió un posicionamiento claro sobre la decisión que tomaría ahora el máximo dirigente local. "No me vais a juzgar vosotros antes que un juez, yo no dimito", le replicó Moreno en su intervención. Según afirmó ayer, se encuentra esperando ansioso por la fecha para el juicio oral: "Son tres años. Tres años en los que han intentado hundirme en el barro, así que quiero levantarme y contar mi versión".