Se conoce con el nombre de escuela modelo o escuela racionalista al sistema pedagógico inspirado en la experiencia del teórico anarquista Francisco Ferrer Guardia, ajusticiado en 1909 tras un consejo de guerra que lo acusó de haber sido el instigador de los sucesos de la "Semana Trágica" de Cataluña.

En realidad, con su muerte se buscó frenar un movimiento que se estaba extendiendo por el país en defensa de una enseñanza progresista y laica que quería frenar el monopolio de la Iglesia católica; pero fue demasiado tarde, porque la llama ya había prendido entre algunos maestros que fueron llamados por los Centros Obreros para formar a los hijos de sus socios y en algún caso también a aquellos trabajadores, que se apuntaron a clases nocturnas para adquirir los conocimientos que no habían podido aprender en su infancia.

En 1911 se abrió la Escuela Neutra de Turón y en el curso siguiente la de Mieres, con tan buen resultado que muy pronto todos los pueblos con alguna entidad de nuestras dos cuencas mineras se habían apuntando a la experiencia. La de Mieres fue la continuación de la que ya funcionaba en el Centro Obrero levantado en El Polear, en septiembre de 1901, donde se mantuvo activo hasta que entre 1925 y 1927 el crecimiento de la afiliación socialista forzó a construir la magnífica Casa del Pueblo que todavía cumple su función junto a la plaza de abastos.

Entre los maestros pioneros de aquella escuela estuvo el republicano Alfredo Pahissa Cánaves, quien fundaría en 1904 el periódico local "El Cañonazo", del que solo se imprimieron dos números, y también el gijonés Víctor Huergo, quien obtuvo la plaza por concurso cuando el titular anterior, Juan Castro, la dejó por motivos de salud.

Según recoge en su tesis la filóloga María Antonia Mateos Martínez, las condiciones estipulaban en aquel momento seis horas de clase diarias y dos nocturnas en invierno a cambio de un sueldo mensual de cien pesetas mensuales, pero él además se asumió las clases para adultos.

Le siguieron otros nombres, entre los que debemos recordar a Fausto Eduardo Expósito, cuyo entierro civil en 1914 fue un acto multitudinario recogido por la prensa. También el avilesino Celestino Muñoz Iglesias y por fin, en 1916, Pedro Moisés Sánchez Galí, al que traemos esta página porque fue un personaje casi olvidado en esta tierra, a pesar de la influencia que tuvo en su momento.

Sánchez Galí era de origen cubano, nacido el 4 de septiembre de 1884 en Santa Clara, pero había llegado a España tras el desastre de 1898 y aquí estudió magisterio y se doctoró en Ciencias Naturales por la Universidad de Salamanca en 1908. Con estos antecedentes es fácil suponer que perteneciese a una familia con algunos recursos, pero ello no fue obstáculo para que pidiese en la capital castellana su ingreso en el partido socialista y ya a partir de 1910 publicó algunos cuentos de carácter reivindicativo y escritos políticos en la revista "Vida Socialista". Luego completó sus estudios en Europa cursando Psicología en las Universidades de La Sorbona (París), Bruselas y Suiza y por fin se dedicó a la docencia.

Cuando vino a Mieres era un joven inquieto que se identificó como procedente de la Asociación de Profesores Racionalistas de Madrid y con experiencia de trabajo en el Círculo Socialista Instructivo de Cuatro Caminos. Enseguida logró publicar en Oviedo el "Manual de primera enseñanza privada para las Sociedades y Centros Obreros", su primer libro didáctico, que se vendía a 30 céntimos; a este siguieron otros como "Semblanzas (Colección de crónicas)", en 1918 y "La educación moral en las escuelas", en 1919. A la vez patentó su propio método de escritura y fue inventor del electro-mapa, que llegó a funcionar en el Centro Obrero de esta villa.

Además de la educación y la política, su otra gran pasión fue la masonería en la que adoptó como nombre simbólico "Sirio" y llegó a alcanzar el grado 33º. Se había iniciado en la logia madrileña Fuerza Numantina nº 355 y en Asturias se incorporó, aún como aprendiz, en abril de 1917 en la logia Jovellanos 337 de Gijón, coincidiendo con personajes de la época como el líder reformista Melquiades Álvarez o el anarquista Eleuterio Quintanilla y también con Victoriano González Muñiz, quien más tarde sería uno de los fundadores del triángulo Costa en Turón.

Al año siguiente obtuvo el grado 2º y en el cuadro de la logia de noviembre de 1919 ya lo vemos con el grado 3º acompañando a sus datos personales: casado, maestro laico y residente en Mieres. Desde ese momento su vida masónica fue muy activa y no dudó en aprovechar los viajes que realizaba para la UGT para contactar con los hermanos de otros puntos de España.

Moisés Sánchez Galí se implicó muy pronto en el socialismo local y fue muy estimado en Mieres. El 7 de septiembre de 1917 lo detuvieron tras la huelga revolucionaria, junto al tesorero del Centro Obrero, José Ramón Parrado, y otros militantes mineros y un mes más tarde vio morir en la villa uno de sus hijos. El mismo año la matrícula de la escuela racionalista era de 184 niños, pero en muchas ocasiones, una vez concluidas las clases se desplazaba para impartir conferencias por las asociaciones culturales que en aquel momento se multiplicaban en la Montaña Central.

De esta forma, se vio implicado por casualidad en uno de los atentados que tuvieron por objetivo a Manuel Llaneza, en una época en la que menudearon los enfrentamientos entre las diferentes tendencias del movimiento obrero. El suceso lo contó "La Aurora Social" en 1931, diez años después de que se hubiese producido, puesto que tuvo lugar en un desplazamiento del líder socialista hasta Sama para hacer unas gestiones municipales y éste solo ocupó el sillón consistorial desde el 1 de enero de 1918 hasta el 1 de junio de 1921.

El hecho sucedió en el viaje de vuelta. Llaneza, quien viajaba acompañado por Eusebio Marcos, recogió en su coche a Moisés, que a su vez había ido hasta Sotrondio para dar una conferencia; cuando el vehículo ya estaba en la carretera de la Güeria, unos sindicalistas emboscados hicieron fuego obligando a que se detuviese. Entonces los tres viajeros lo abandonaron rápidamente, según el periódico socialista poniendo en fuga a los asaltantes, quienes desconocían que iban desarmados; aunque por esa misma circunstancia, parece más probable que lo que intentasen fuese perderse en el monte aprovechando la oscuridad de la noche.

En 1920, Sánchez Galí, dirigía la Institución de Enseñanza Racionalista, con sede en Oviedo y se vio reforzado en su tarea como maestro en el Centro Obrero por Bernabé Hernández, procedente de la escuela neutra de Pola de Laviana, donde había adquirido cierta fama por su enfrentamiento con el párroco de la localidad.

Después, sabemos que se estableció en Almería en 1922, donde fue catedrático de Ciencias Físicas y Naturales y director de un Grupo Escolar y allí siguió participando en la lucha socialista, asistiendo como delegado de su agrupación a varios congresos y siendo candidato del PSOE en las elecciones generales de 1931 sin resultar elegido.

También fue secretario del Sindicato Minero de aquella provincia y alcalde del pueblo de Serón, donde parece que fue acusado de haberse aprovechado de las cuotas de la UGT local para financiar algunos gastos particulares, lo que hizo que fuese boicoteado en varios mítines, aunque volvió a participar en la campaña electoral del PSOE, esta vez por Salamanca, en 1933.

Durante la guerra civil trabajó en la Dirección General de Servicio de Investigación Militar y tras la derrota republicana marchó primero a Francia y luego a Casablanca donde pudo embarcarse. Después de pasar por Cuba, llegó a México a bordo del "Serpa Pinto" el 16 de diciembre de 1941 y finalmente se estableció en La Habana, donde siguió su actividad socialista.

En cuanto a su vida masónica, volvemos a encontrarlo en la logia Life nº 35, de Madrid, en 1935 y en 1938 en la logia Turia nº 114 de Valencia, donde según la historiadora María Antonia Mateos Martínez se le concedió la plancha de quite, esto es la baja en la masonería. Un dato extraño, ya que consta que en el exilio fue uno de los fundadores de la Universidad Nacional Masónica José Martí en 1951 y cuando falleció en la isla el 12 de mayo de 1955 había alcanzado el grado 33º.

Moisés Sánchez Galí fue un personaje que tuvo en su mano la educación de muchos mierenses. Su biografía tiene luces y sombras que convendría aclarar en una investigación más detenida porque algunos de los datos que se manejan parecen confusos. Son pequeños detalles, pero últimamente la manipulación política justifica la conversión de guijarros en canteras. De modo que, para tratar de poner las cosas en su sitio, sumaremos esta tarea a los deberes pendientes.