Las protestas realizadas en las últimas semanas por la plantilla de la factoría que Thyssenkrupp Airport Systems tiene en el polígono industrial de Baíña (Mieres), dedicada a las pasarelas de aeropuerto o "fingers", parecen haber tenido respuesta en la dirección de la compañía. Ambas partes mantuvieron ayer una primera toma de contacto y se dieron de plazo unos días para reanudar las conversaciones con el objetivo de cerrar el convenio colectivo. Aún así, desde el comité de empresa mantienen su intención de endurecer las protestas en el caso de que no haya acuerdo.

Los trabajadores hicieron hasta cuatro paros parciales y uno último, de 24 horas, el pasado día 5. Durante esa jornada, la plantilla llegó incluso a cortar la antigua carretera de Mieres a Oviedo, justo en el tramo que enlaza al polígono de Baíña, donde se ubica la factoría. Hasta este último día, el comité de empresa no había tenido ninguna comunicación con la empresa. Por ello, avisaron de que esperarían varios días para esperar la llamada de la firma bajo la amenaza de nuevas movilizaciones. Finalmente, llegó la llamada esperada convocando al comité de empresa para ayer por la mañana. Fuentes de la plantilla señalaron que en esta primera reunión se saldó sin acuerdo alguno, pero sí se dejó ver un halo de esperanza para alcanzar un acuerdo satisfactorio para ambas partes en próximas reuniones.

La plantilla lleva más de un año intentando cerrar el convenio colectivo, pero la negociación se truncó en dos aspectos que consideraba fundamentales como son la subida salarial y la participación en los beneficios de la empresa. La propuesta inicial de la compañía sobre el incremento de las nóminas estaba por debajo del IPC, y los trabajadores consideraban que estaban perdiendo poder adquisitivo. Más cuando hace unos días se acordó el convenio del metal que supondrá una subida de los salarios del 2 por ciento. En el caso de los beneficios, los trabajadores pretenden incrementar su participación, sobre todo después de los últimos contratos que ha cerrado la compañía y que son ampliamente conocidos por la plantilla. Por otro lado, y para evitar que los paros hicieran mella en el trabajo de la compañía, se bajó la actividad.

Movilizaciones

No es la primera vez que los trabajadores de Thyssenkrupp Airport Systems, con una plantilla de alrededor de 300 trabajadores, se movilizan, aunque por causas distintas. Hace dos años, la multinacional valoró la venta de esta factoría con la intención de abandonar el negocio de las pasarelas de aeropuerto, lo que motivó el temor de los empleados a perder su puesto de trabajo o ver modificadas sus condiciones laborales bajo una nueva dirección. Finalmente, Thyssen renunció a este asunto y mantuvo la factoría. De hecho, desde el comité de empresa aseguraban que había una apuesta clara de futuro por el negocio de pasarelas dentro de Thyssen.